Oración filial y apostólica al Corazón de María 

San Antonio Maria Claret

Causa de nuestra alegría,
Salve, Reina de la mar.
La Iglesia que en ti confía
se hace a la mar cada día
sin otra ambición que amar.

Madre de nuestra esperanza,
mira a babor y a estribor
un mundo que a Dios avanza:
haz que todo lo que alcanza
lo alcance para el amor.

Trono del perdón más cierto,
ábrenos de par en par
ese Corazón que es puerto
para acoger siempre abierto,
cerrado para olvidar.

Reina misericordiosa,
no olvides nunca el bajel
que encalló en playa arenosa,
o se hundió en mar procelosa,
o zarpó sin timonel.

Gloria al Padre que te hizo
y al Verbo que aspira amor,
y al Amor que en ti rehizo
lo que es para siempre hechizo
del justo y del pecador.