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    Oh María, Prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, Huerto cerrado y
    Jardín florido,postrado a vuestras plantas soberanas os ofrezco la flor espiritual de este día (hágase elofrecimiento), y por ella os suplico me hagáis
    participante del perfume de vuestras admirables virtudes. Poned estas virtudes en
    mi corazón, sobre el cual os pido, oh María, dejéis caer el rocío de la divina
    gracia, de tal manera que dé frutos de justicia y santidad que sean dignos de
    ser presentados a la mesa del Rey celestial. y a esta mesa espero sentarme un día  
    con Vos y saciarme de la gloria de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu
    Santo. Por todos los siglos de los siglos. 
     
     
 Amén. 
     
     
     
     
     
     
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