María, Señora de Belén

 

 

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Y acampó entre nosotros

No nos has dejados solos, Señor. No.
Eres un Dios compañero.
Eres un Dios cercano.
Y eres un Dios
que te escapas de las manos.
Dios insobornable,
Dios escurridizo,
Dios inatrapable.
Todo comenzó
antes de un sí.
Todo comenzó
en el corazón de Dios.
Todo comenzó
en un derroche de amor.
Todo se hizo posible por un sí.
Todo será posible por un sí.
Todo es una cadena de "síes".
Acampó entre nosotros.
Y ya somos, desde entonces,
los compañeros de un Dios-hombre,
los acompañados de Dios,
los visitados por Dios.
Acampó entre nosotros.
Y sigue acampando
en el corazón de los sencillos,
en el corazón
de los hombres y mujeres
que, como María,
saben tener el corazón abierto.
Acampó entre nosotros.
Y sigue acampando,
a pesar de los olvidos,
a pesar de los desplantes
a pesar de...
Acampó entre nosotros
en la sencillez de una Virgen
que supo decir sí,
y nos enseña a vivir
diciendo sí a Dios.

Fuente: Santuario de Angosto, PP Pasionistas, Vilanañe, Alava, España