María, Llena de Gracia

José Portillo Pérez

 

María, llena de gracia, haznos sentir el gozo con que recibiste la noticia de tu divina Maternidad.

María, llena de gracia, llénanos el corazón de esperanza cuando nos acechen las dudas y temores, y fortalécenos como cuando confiaste en nuestro Padre celestial, para que San José no te lapidara, acusándote de haber cometido supuestamente adulterio contra él.

María, llena de gracia, transmítenos el resplandor de tu alma, la emoción que sentiste, cuando el Creador nació de las entrañas de su criatura.

María, llena de gracia, ayúdanos a no sucumbir ante la afilada espada de la que te habló Simeón, con que tu corazón fue traspasado en el Calvario.

María, llena de gracia, ayúdanos a no sucumbir ante las incertidumbres de la persecución, la huida a Egipto, el Ministerio en que la vida de nuestro Jesús peligraba día a día...

María, llena de gracia, ¿cómo se puede sentir, consentir y rechazar a modo de impulsos difícilmente controlados los sentimientos que nos corroen el alma en ciertas ocasiones?

María, llena de gracia, ¿cómo se puede perdonar a los hombres, cuando el verdadero Amor muere crucificado?

María, llena de gracia, incúlcanos la fe en el Resucitado.

María, llena de gracia, llévanos contigo al cielo. ¡Ayúdanos a ser glorificados¡. 

Amén.

Fuente: autorescatolicos.org