De hermosas contradicciones

Himno. Liturgia de las Horas

 

De hermosas contradicciones
Te vemos, Reina, adornada,
Muy mujer para divina,
Muy celestial para humana.

Con admiración, en ella
Se ve la ley derogada,
Muy humilde para Reina,
Muy exenta para esclava.

Por su caudillo la tienen
Las celestiales escuadras,
Para combatir muy tierna,
Para niña muy armada.

La dignidad de que goza
Con su modestia batalla,
Para mandar muy pequeña,
Para humillarse muy alta.

Une en sus divinos ojos
Al temor la confianza,
Muy terrible para hermosa,
Para espantar muy amada.

Colocada en el empíreo,
En la celestial morada,
Corto solio a su grandeza,
A su humildad mucho alcázar. 

Amén