Oración pidiendo todo don por María

San Alfonso María de Ligorio

 

Gloriosa y excelsa Señora,
postrados ante tu trono te veneramos
desde este valle de lágrimas.
Vemos complacidos la inmensa gloria
con que te ha enriquecido el Señor.
Ya que eres reina del cielo y de la tierra,
no te olvides de tus pobres siervos.

Cuanto más cerca estás del manantial de gracia,
más fácilmente nos la puedes otorgar.
Desde el cielo conoces mejor nuestras miserias,
por eso es preciso que te apiades más
y que nos socorras mejor.
Haz que seamos tus siervos fieles
para llegar a bendecirte en el cielo.

En este día en que has sido hecha
la reina del universo,
nosotros nos consagramos a tu servicio.
En medio de tanto júbilo
consuélanos al tomarnos por vasallos.
Tú eres de veras nuestra madre.

Madre piadosa y la más amable,
vemos tus altares cercados de gente:
unos te piden la curación de sus males
y otros remedios a sus necesidades;
éstos piden buenas cosechas,
aquellos ganar algún pleito.
Nosotros, te pedimos gracias
más agradables a tu corazón:
obtennos la gracia de ser humildes,
desprendidos de los bienes terrenos
y conformes con el divino querer.

Consíguenos el santo amor de Dios,
una buena muerte y el paraíso.
Señora, cámbianos de pecadores en santos,
haz de este milagro que te dará más gloria
que dar vista a mil ciegos
y resucitar a miles de muertos.

Eres tan poderosa para con Dios
que basta que le digas que eres su Madre,
la más amada, la llena de gracia.
Y entonces, ¿qué te podrá negar?

Reina nuestra amorosa,
no pretendemos verte en la tierra,
pero sí queremos verte en el paraíso;
y tú nos lo has de obtener.
Así lo esperamos con toda certeza. 

Amén.