Eras joven, María, cuando revolucionaste la historia,
eras joven cuando Dios, de puntillas, llamó a tu puerta;
eras joven cuando dijiste SI a su proyecto de vida;
eras joven cuando diste decidida, a su plan, respuesta.
Eras joven y te abriste a Dios como la flor al sol;
eras joven y dejaste a Dios que entrara libre en tu tienda;
eras joven y tus alas alzaron el vuelo hasta la cumbre;
eras joven y en tu vida, con Dios, entró el ritmo de la fiesta.
Fuente:
educadormarista.com