Desde todos los dolores de la vida

Autor:

 

Desde todos los dolores de la vida
venimos a ti, Santa María de la Soledad,
Madre nuestra,
para encontrar en ti y en tus dolores
el consuelo y la fortaleza
de quien ha creído como creíste tú.

Míranos, Madre,
con tus ojos misericordiosos. 
Mira nuestra soledad,
mira tanta soledad doliente,
mira a las viudas y a los huérfanos,
mira a las abandonadas,
mira a los pobres de este mundo.

Reúnenos en fraternidad
y haznos comprender; contemplando,
el misterio de su santa soledad:
amar es siempre perder para ganar,
y la cruz es la llave del gozo. 

Amén.

Fuente: educadormarista.com