Oración a María 

 

Himno Acatista a la Madre de Dios

 

Nosotros cantando tu maternidad, te alabamos, oh Madre de Dios, como a un templo vivo. Pues habitando en tu seno, el Señor que tiene en su mano todo el universo te santifica y te glorifica y nos enseña a aclamarte: 
¡Salve, tabernáculo del Verbo de Dios! 
¡Salve, santuario santísimo! 
¡Salve, arca dorada por el Espíritu Santo! 
¡Salve, tesoro inagotable de vida! 
¡Salve, diadema preciosa de los reyes santos! 
¡Salve, gloria de los sacerdotes piadosos! 
¡Salve, torre inexpugnable de la Iglesia! 
¡Salve, fortaleza indestructible del Reino de Dios! 
¡Salve, dispensadora de victorias y trofeos! 
¡Salve, derrota de los enemigos! 
¡Salve, medicina de nuestro cuerpo! 
¡Salve, salvación de nuestra alma! 
¡Salve, Esposa siempre Virgen! 
Oh Madre digna de toda alabanza, tú que pariste al Verbo más Santo que todos los santos, recibe hoy nuestra ofrenda, líbranos de toda desgracia y del castigo que amenaza, y preserva a los que aclaman juntos: ¡Aleluya! 

Himno Acatista a la Madre de Dios 
atribuido a Romanos le Mélode (+ 560)