María, Reina y Señora de la Comunicación 

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Oh Madre del Señor, cofre abierto al don del Espíritu, 
Tú eres la verdadera Comunicadora,
porque nos has manifestado en plenitud al Verbo del Padre, 
quien ha enviado a su Hijo entre los hombres y mujeres 
de nuestro tiempo,
para que descubrieran su amor infinito y aprendieran
a comunicar entre ellos como hermanos, hermanas e hijos. 


Tú, mujer disponible y virgen amante, templo de Dios que acoge en silencio y custodia en sus entrañas el grande Misterio de la Palabra que se hace carne para que nuestros ojos, ofuscados por el pecado y por nuestra inquieta humanidad, puedan contemplar al Cristo viviente y ver en él el rostro del Padre.

Tú mostraste a tu Hijo amantísimo, a los pobres y a los sabios, en la pobreza elocuente del pesebre 
y en la sencillez de la pequeña casa de Nazaret;
lo seguiste en su dedición total en la misión del Padre, caminando por los caminos del mundo,
hasta el sacrificio cruento de la Cruz.


Tú esperaste en silencio adorante su resurrección gloriosa, y, después de la ascensión, permaneciste con los Apóstoles en oración en el cenáculo, para recibir al Espíritu, que ayuda a comprender y comunicar, a renovar el mundo, a conformar nuestras vidas para que Cristo su Hijo, viva siempre en nosotros.

Oh nuestra Reina y Señora de la comunicación,
te rogamos por todos los comunicadores, para que puedan transmitir un poco de la luz de tu fe inquebrantable, de tu amor que sabe vigilar, esperar y comprometerse activamente,
para que finalmente nazca el mundo nuevo.
y se establezca el Reino de Dios en nuestra tierra. (A. Q.)



Fuente: Paoline.org