Madre de Dios y Madre nuestra.
Tú recibes inicialmente el don de la plenitud de gracia que te
corresponde como Madre de Dios. Tú hiciste fructificar ese don inicial
creciendo en gracia y santidad.
Enséñanos a ser fieles al don de la gracia santificante que hemos
recibido en el Bautismo y a crecer en la vida sobrenatural haciendo
fructificar el don de la gracia para que tu Hijo nos introduzca en el
banquete del Reino.
Fuente: cofradiarosario.net