María, Madre de Dios

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Dios todopoderoso y eterno.
Porque por un admirable misterio
y por un inefable designio,
la santa Virgen concibió a tu Unigénito
y llevó encerrado en sus entrañas
al Señor del cielo.
La que no conoció varón es madre,
y después del parto permanece virgen.
Se gozó, en efecto, de dos gracias:
se admira porque concibió virgen,
se alegra porque alumbró al Redentor.