Salve, ¡Oh Llena de Gracia!

Sofronio de Jerusalén

 

Salve, Madre de la alegría celeste.
Salve, tú que alimentas en nosotros un júbilo
sublime.
Salve, sed de alegría que salva.
Salve, tú que ofreciste la felicidad eterna.
Salve, oh místico lugar de alegría indescriptible.
Salve, oh campo dignísimo de la alegría indefinible.
Salve, oh fuente bendita de la alegría infinita.
Salve, oh divino tesoro de la alegría sin fin.
Salve, oh árbol frondoso de la alegría que da
vida.
Salve, oh Madre de Dios, por nadie desposada.
Salve, oh Virgen, intacta en tu integridad después
del parto.
Salve, espectáculo admirable, que deja lejos a
todos los prodigios.
¿Quién podría describir tu esplendor?
¡Quién podría relatar tu misterio?
¿Quién sería capaz de proclamar tu grandeza?
Adornaste la naturaleza humana...
Superaste a las legiones de los ángeles
Superaste a todas las criaturas...
Nosotros te aclamamos: Salve, ¡oh llena de gracia!