Consagración del hogar al Inmaculado Corazón de María

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¡Oh Virgen María,
A tu Corazón Inmaculado,
hoy consagramos
nuestro hogar.
Que esta casa sea, como la de Nazarét,
la mansión de la paz y de la felicidad,
por el cumplimiento de la voluntad de Dios,
por la práctica de la caridad,
por el abandono a la Providencia Divina.
Vigila sus habitantes;
refuérzalos en la fe cristiana,
bajo tu maternal protección.
Oh Virgen María, bondadosa Madre,
reconstituye en el cielo este hogar que,
en la tierra,
pertenece enteramente
a tu sagrado Corazón.
Amén.