Oración a María Santísima

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Inmaculada Virgen y Madre mía, María santísima,
a ti que eres la Madre de mi Salvador.
Reina del cielo, abogada, esperanza y refugio
de los pecadores, recurro en este día, yo que
soy el más miserable de todos los pecadores.
Oh soberana Señora, yo te agradezco todas
las gracias y mercedes que de tu divino Hijo
hasta hoy me haz alcanzado, especialmente la
gracia de quedar libre del infierno que, por mis
pecados, tantas veces he merecido.
Devotamente te amo, oh Madre amabilísima,
y, por el amor que te consagro, propongo
siempre servirte y hacer todo lo posible para
que seas servida y amada por todos los hombres.
En ti, Madre de misericordia, después de
mi Señor y Salvador Jesucristo, pongo toda mi
confianza y todas mis esperanzas. Recíbeme
como tu siervo y defíendeme, oh María, con tu
protección.
Y, ya que eres tan poderosa delante de Dios,
Iíbrame de todas las tentaciones y dame la gracia
de vencerlas, perfectamente, hasta la muerte.
(Rezar Ave María.)
Bendita sea la Santa e Inmaculada Concepción
de la Bienaventurada Virgen María, Madre de
Dios.
Amén.