Un corazón semejante a María

Padre Leoncio de Grandmaison, S.J.

 

Santa María, Madre de Dios,
dame un corazón de niño,
puro y transparente como una fuente.
Dame un corazón simple,
que no sienta el sabor de la tristeza;
un corazón generoso en entregarse,
tierno y sensible a la compasión;
un corazón grande y fiel,
que no olvide ningún beneficio
y no guarde rencor de mal alguno.
Dame un corazón manso y humilde,
que ame sin exigir ser amado;
ansioso de desaparecer, ante tu divino
Hijo, en otro corazón;
un corazón magnánimo e invencible,
que ninguna ingratitud lo cierre,
que ninguna indiferencia lo canse;
un corazón encendido por la gloria de .
Jesucristo,
herido por Su amor con una herida que
no se cierra hasta el cielo.
Amén.