María Reina de la Paz, ruega por nosotros

 

 

SS. Juan Pablo II

 

 

Reina de la Paz, ¡Ruega por nosotros!
En la fiesta de tu Inmaculada Concepción vuelvo a venerarte oh María, a los pies de esta imagen, que desde la Plazza España entrega a tu mirada materna esta antigua y para mi tan querida, ciudad de Roma.
He venido aquí, esta tarde, a rendirte el homenaje de mi devoción sincera.
Reina de la Paz, ¡Ruega por nosotros!
A Ti se dirige nuestra mirada con más fuerte intensidad, a Ti recurrimos con más insistente confianza en estos tiempos marcados por no pocas incertidumbres y temores por la suerte presente y futura de nuestro planeta.
A Ti, primicia de la humanidad redimida por Cristo, finalmente liberada de la esclavitud del mal por el pecado, elevamos juntos una súplica emocionada y confiada.
Escucha el grito de dolor de las victimas de la guerra y de tanta violencia, que ensangrientan la tierra.
Disipa las tinieblas de la tristeza y de la soledad, del odio y de la venganza.
¡Abre la mente y el corazón de todos a la confianza y al perdón!
Reina de la Paz, ¡Ruega por nosotros!
Madre de misericordia y de esperanza, obtén para los hombres y mujeres del tercer milenio el don precioso de la paz: paz en los corazones y en las familias, en las comunidades y entre los pueblos, paz sobre todo para aquellas naciones donde se sigue combatiendo y muriendo diariamente.
Haz que todos los seres humanos, de todas las razas y culturas, encuentren y acojan a Jesús, venido sobre la Tierra en el misterio de Navidad para darnos "su" paz.
María, Reina de la Paz, ¡Danos a Cristo, verdadera paz del mundo!
AMEN.