Plegaria a María Auxiliadora

 

 

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Santísima e Inmaculada Virgen María,
Madre de Jesús y Madre nuestra, nosotros nos consagramos enteramente a ti y prometemos vivir y obrar para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.
Tú, que has sido siempre la Auxiliadora del pueblo cristiano, continúa siendo auxilio y Madre de la Iglesia.
Fortalece y santifica a los obispos y sacerdotes.
Consérvalos unidos y obedientes al Papa, supremo e infalible Maestro.
Suscita numerosas y santas vocaciones apostólicas,
a fin de que el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda por toda la tierra.
Intercede, ¡oh Madre!, para que la gracia del Espíritu Santo atraiga a la fe a cuantos no conocen ni aceptan a tu Hijo, que es el Camino, la Verdad y la Vida.
Te rogamos Señora, que bendigas a nuestros padres y hermanos, a nuestros parientes, amigos y a la humanidad entera.
También te pedimos por nosotros: enséñanos a imitar tus virtudes, especialmente la caridad, la humildad y la pureza.
Ayúdanos a conservar la fe y a dar en todas partes
un verdadero testimonio cristiano.
Concédenos, además, ¡oh María Auxiliadora!,
que perseveremos fieles bajo tu manto de Madre,
y que nunca nos alejemos de ti.
Que tu recuerdo nos aliente de tal modo que logremos vencer a los enemigos del alma en la vida y en la muerte, para que Contigo y con todos los ángeles y santos podamos alabar eternamente al Señor. 
Amén.