Virgen de Fátima 

 

 

Cardenal Félix Maria Arocena Solano

 

 

Oh Virgen santísima, tu venerada imagen vuelve a tu hermoso santuario de Fátima. 

La hemos acogido con profundo amor, pensando en ti, que una vez más has querido decir al Santo Padre Juan Pablo II y a todos nosotros, sus colaboradores, que si hay una casa sobre la que tú velas con amor
de Madre es precisamente esta, la casa del Papa, la casa del Sucesor de Pedro.
Intercede continuamente, oh Madre, por toda la santa Iglesia, por el Sumo Pontífice, por todos nosotros, llamados a prestar aquí nuestro humilde servicio a nuestro amado Papa Juan Pablo II.
A todos nosotros muéstrate como Madre: "monstra te esse Matrem!".

Todos nosotros, oh María, acogeremos el mensaje que nos quisiste dejar cuando te apareciste a los tres pastorcitos en Cova de Iría, comprometiéndonos a renovarnos interiormente, fieles a nuestra vocación.

Tu imagen ha venido a esta bendita colina del Vaticano, santificada por la sangre de los apóstoles san Pedro y san Pablo, y de tantos otros mártires, iluminada por el ejemplo de santidad de numerosos
Sumos Pontífices, y testigo de la solicitud pastoral de los Sucesores de Pedro en dos mil años de historia.

En el hermoso rostro de esta imagen tuya hemos descubierto tu mirada de Madre amorosa. Sí, oh María, sigue estando presente entre nosotros, como lo estuviste en el Cenáculo de Jerusalén, con Pedro y
la primera comunidad cristiana. Y eso nos dará siempre serenidad y consuelo, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Amen.