Solicitud del Episcopado para que se declare Dogma de la Fe la Asunción de la Virgen María, octubre 4 de 1903

 

A Nuestro Beatísimo Padre Pío X

Buenos Aires, octubre 4 de 1903

Santísimo Padre:

El Arzobispo y Obispos sufragáneos de esta Provincia Eclesiástica en la República Argentina a los pies de Vuestra Santidad exponemos.

Que teniendo conocimiento de que gran número de Obispos y fieles de todo el mundo católico se han dirigido a esa Santa Sede Apostólica, pidiendo sea declarado dogma de fe divina la Gloriosa Asunción, en cuerpo y alma a los Cielos de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra, venimos a unir nuestras súplicas a la de nuestros hermanos en nombre propio y en el de los fieles de nuestras respectivas Diócesis.

Todos tenemos y defendemos tan consoladora y piadosa tradición como una verdad firmísimamente arraigada en el espíritu y corazón y la festividad consagrada por la Iglesia en el día 15 de agosto, a conmemorar el misterio del triunfo y glorioso tránsito de la Santísima Virgen, es una de las que en nuestras Diócesis se celebran con mayor regocijo y que más abundante consuelo derrama en todos los corazones.

Si Vuestra Santidad se dignara completar la obra de vuestro augusto Predecesor Pío IX, de feliz memoria, añadiendo esta nueva declaración de Fe a la que hiciera aquél sobre la Inmaculada Concepción, y que parece deducirse de la misma, concluiría la glorificación de nuestra amadísima Madre en la Iglesia militante. Y si esto aconteciera con motivo de celebrarse las bodas de oro de la definición de aquel dogma, el mundo católico sentiríase regocijado marcando esta fecha como una de las más gloriosas y memorables de la historia de la Iglesia.

Llevamos nuestros votos a la misma Santísima Virgen María a fin de que se digne conceder que Vuestra Santidad sea quien lleve a cabo lo que el Concilio Vaticano no pudo realizar por los tristes acontecimientos que suspendieron sus sesiones.

El pueblo cristiano, Santísimo Padre, lo anhela ardientemente por considerar que la Asunción de la Santísima Virgen al cielo en cuerpo y alma, una vez definida dogma de Fe divina, importaría su glorificación suprema, y sería al mismo tiempo un augurio de tiempos mejores y una prenda de bendiciones especialísimas para la Iglesia en la época presente.

Humildemente postrados a los pies de Vuestra Santidad imploramos Vuestra Apostólica Bendición.

+ MARIANO ANTONIO, Arzobispo de Buenos Aires.
+ FRAY REGINALDO, Obispo de Córdoba.
+ PABLO, Obispo de Tucumán.
+ ROSENDO, Obispo de Paraná.
+ JUAN AGUSTÍN, Obispo de Santa Fe.
+ MATÍAS, Obispo de Salta.
+ JUAN NEPOMUCENO, Obispo de La Plata.
+ FRAY MARCOLINO, Obispo de San Juan.
+ FRANCISCO, Obispo T. de Siunia y Auxiliar de La Plata.
+ GREGORIO IGNACIO, Obispo T. de Jasso y Auxiliar de Buenos Aires.
+ AQUILINO, Obispo T. de Amiso y Auxiliar de Córdoba.
+ FILEMON, Obispo T. de Circesio y Auxiliar de Córdoba.