11
de septiembre de 2005
Santa
María, Virgen de Valvanera, aquí estamos de nuevo tus hijos de La
Rioja, en este comienzo del curso pastoral. Aquí estamos, felices
contigo, en esta jornada de convivencia familiar, bajo tu mirada de
madre. Este año reviste una especial significación. Recordamos y
celebramos con gran alegría la fecha en que, hace 50 años, fuiste
coronada como Reina y Señora de toda La Rioja, como Madre de Dios y
también madre nuestra, como consuelo y esperanza de todo tu pueblo
santo.
Es cierto que en cada rincón de nuestra geografía, en cada pueblo
de nuestra región, en el corazón de cada riojano, se te ama y
honra con mil preciosas advocaciones: del Carmen, de la Antigua, de
la Vega, del Burgo... Pero, cuando en La Rioja te llamamos Valvanera,
reunimos como en un manojo de flores todos tus nombres... y todas
las miradas de todos los riojanos convergen en este lugar entrañable
y santo, en esta casa tuya y de todos los riojanos.
Aquí, en casa, en tu casa, podemos percibir la ternura de tu entrañable
amor. Aquí nos recuerdas siempre que tu corazón de madre nos
quiere ver a todos unidos, trabajando para que la Buena Nueva de Jesús,
tu Hijo, siga sembrándose en esta buena tierra de la Rioja; para
que sigamos esforzándonos en lograr que los riojanos, y cuantos han
venido a vivir a nuestra tierra, acojamos con inmensa alegría la
buena semilla y la esperanza del Evangelio de Jesús, la guardemos
en el corazón y la defendamos. Así podremos dar los frutos del Espíritu:
la santidad, la paz, la justicia y la libertad.
Santa María, Virgen de Valvanera, Patrona de la Rioja. ¡Felicidades
en este 50 aniversario de tu coronación canónica! Ojalá sepamos
aprender de ti, en cada circunstancia de la vida, a escuchar siempre
la Palabra de Dios y cumplirla. Que la celebración de este
aniversario haga crecer en nosotros tu modo de vivir, tus actitudes
ante Dios y ante los hombres, tus virtudes, pues eres nuestra madre
y, por tanto, nuestra maestra, la primera y ejemplar discípula en
la escuela del Evangelio.
Y en este día grande de tu fiesta venimos también a poner en tu
regazo, como primicia, algo muy querido para nosotros: el Plan
Pastoral Diocesano que hemos preparado, laboriosamente, como fruto
ilusionado del Sínodo Diocesano que se celebró en el año 2001.
Este Plan quiere ser el camino de esta Iglesia que peregrina en La
Rioja, por el que encaminemos los pasos a lo largo de los próximos
cinco años.
Este
Plan Pastoral es como el agua con la que los sirvientes llenaron las
tinajas en las bodas de Caná de Galilea. Los sirvientes sólo
pusieron agua; pero lo hicieron con actitud obediente y tratando de
observar qué hacía Jesús, tu Hijo, el Mesías de Dios, nuestro
Salvador. Y siguiendo tus indicaciones de madre, Jesús hizo el gran
milagro de convertir el agua en excelente vino, como nuestros vinos
de Rioja. Un vino que alegró el corazón de los invitados y que
hizo que esa boda se convirtiese en la más famosa de todas las
bodas de la historia de la humanidad.
Santa María de Valvanera, ampáranos, protégenos. Te consagramos
nuestras vidas y nuestra tierra a Ti, la Theótokos, la Madre de
Dios y madre nuestra, clemente y dulce Virgen María.
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Juan José Omella Omella
Obispo
de Calahorra y La Calzada-Logroño