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Fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Manchay.
+ Cardenal Juan Luis Ciprian
Homilía del Cardenal Juan Luis Cipriani
Fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Manchay
Viernes, 08 de octubre de 2010
Templo Virgen del Rosario - Manchay
Muy queridos hermanos de esta gran familia de Manchay, les agradezco
que me permitan estar con ustedes esta noche, veo que han venido de
los colegios, han venido del Instituto, han venido las autoridades,
saludo al Director de la UGEL que nos acompaña.
Quisiera en primer lugar saludar a los sacerdotes, al Padre José que
hace tantos años trabaja aquí, al Padre Manuel y a todos los
sacerdotes, hoy también nos acompaña el Padre Miguel que viene desde
Francia, ha estado aquí hace dos semanas desde Francia para ayudar,
para hablar de Dios.
Yo quisiera hoy de una manera breve asistan atentos, no va a ser
largo porque hay mucha juventud que se distrae rápido, va a ser
breve. Yo quiero decirles que Manchay es el pueblo de la Virgen de
Rosario, nuestra Madre es como la mamá de todos, nos cuida, nos
escucha, nos protege, especialmente a los niños y a los ancianos; y
esta Madre que tiene esa imagen tan bonita, escuchen bien, nosotros
no hemos saludado a las religiosas, hay muchas religiosas también
aquí, buenas noches madres.
La Virgen María, nosotros en la Iglesia Católica la veneramos no la
adoramos, entienden, porque a veces hay grupos de gente que dice que
nosotros hacemos idolatría, no, nosotros adoramos a Jesús, a la
Virgen le damos una veneración como un buen hijo a su Madre, la
queremos mucho pero Dios es Dios y María es la madre de Dios, los
santos también son hombres y mujeres que veneramos, es decir le
tenemos mucho cariño pero no lo adoramos. Digo esto para que no te
engañen cuando a veces critican a la Iglesia Católica y dicen
mentiras, la Iglesia Católica adora a la Trinidad Dios Padre, Dios
Hijo y Dios Espíritu Santo y venera de manera muy especial a la
Virgen, a la Virgen del Rosario.
Por eso Manchay no solamente es un pueblo muy bonito, con gente muy
buena sino que tiene de madre a la Virgen, es un pueblo mariano; por
eso vamos a ir en el hogar, en la escuela, en el colegio aprendiendo
a rezar el Rosario. Primera idea María, madre nuestra Manchay pueblo
mariano, de acuerdo; y vamos a estar con ella un momento porque el
ángel se le presento a ella y le dijo: “no tengas miedo María porque
haz hallado ese amor delante de Dios”.
Hermanos todos, jóvenes, ancianos, solteros, casados, todos; tú
sabes lo que es, que Dios te mire y te diga: “te quiero”, piensa un
poquito ahora o más tarde, Dios te mira junto a María y te dice a ti,
“te quiero”, como te quiero te cuido, te protejo, te ayudo, te
acompaño, que más queremos. Por eso María cuando el ángel la miro le
dijo: “no tengas miedo”; yo les digo también a ustedes no tengan
miedo, hay que estudiar, hay que trabajar, hay que portarse bien, no
hay que tener miedo tenemos a María y tenemos la gracia, el amor, la
mirada de ese Dios que nos ama, por lo tanto hay que portarse bien
porque Dios ve, Dios conoce tu corazón, tu casa, tu hogar, tus
amigos, tus hijos. Y dice aquí “no temas, va a nacer un hijo y le
vas a poner por nombre Jesús”; por eso como segunda idea, piensa que
aparte de que María es tu madre; su hijo, Jesús, te quiere pero
también quiere que te portes bien, no quiere que te emborraches, no
quiere que mientas, no quiere que maltrates a los demás, quiere que
quieras a tus hijos, quiere que los eduques bien, quiere que nos
ayudemos porque también es bueno saber que Manchay tiene una
identidad, Manchay no sé si parece pero está siendo conocido.
Entonces, algunos están muy contentos porque Manchay es conocido, es
un pueblo unido, un pueblo alegre, un pueblo entusiasta, en donde
María es madre y donde Jesús nos quiere. Pero algunos a veces no
quieren a Manchay; entonces, entra la envidia o entra la cólera,
como hermano, como padre les digo nada de cóleras, Jesús nos quiere,
María nos acompaña, hagamos siempre de Manchay un pueblo unido,
unidos a sus pastores. Yo, que soy el Cardenal soy el pastor de esta
ciudad y aquí en la ciudad me representa el padre José, el Padre
Manuel, el Padre Miguel y también las religiosas, ellos son como los
colaboradores más cercanos y todos unidos con este pueblo
maravilloso, ¿qué es lo que tiene la Iglesia de manera especial en
Manchay?, educarlos a los chicos para eso están los colegios, lo que
quiere es atender bien a los niños por eso están esas guarderías,
atender bien a esos ancianos, darles de comer a los que podemos para
que crezcan sanos, procurar la salud en esos centros de salud y en
todo el ambiente a ser gente que ama a Jesús, que ama a María y poco
a poco Manchay va mejorando: ya hay agua, algunas pistas, no muchas
pero algunas, y poco a poco tenemos que ir entre todos levantando
más.
Pero lo que más me interesa a mí es que las familias, los jóvenes
sean honrados eso no cuesta plata eso es tener corazón, sean gente
buena, capaz, eduquen a sus hijos; jóvenes, nada de pandillaje, nada
de trampas, pórtense bien y así poco a poco vamos construyendo este
pueblo maravilloso que la Virgen de Rosario bendice y acompaña. Una
última idea para cada uno, sabe lo que dice el ángel a María, le
dice: “porque no hay nada imposible para Dios”. Por eso hermanos,
por qué no voy a estar contento, por qué no voy a perdonar, por qué
no voy a colaborar con los demás, si no hay nada imposible para Dios
que me mira con cariño, que su Madre me acompaña con cariño. No nos
dejemos engañar, no vayamos nunca a la violencia, vayamos por
caminos de paz y de alegría.
Yo les digo con toda sinceridad que venir hasta acá me alegra porque
estamos todos juntos en la oración de la Misa junto con María, con
la Madre de Jesús, con los parientes de Jesús y con el mismo Cristo.
¿Cuántas cosas estamos haciendo juntos por Manchay?, ¿cuántas cosas
vamos a seguir haciendo juntos por Manchay?, pero por favor
edúquense bien, honestos, honrados, pórtense bien, obedezcan en sus
hogares, pórtense como buenos hijos de María y de Jesús.
Dios los bendice en breve y se acabó la homilía, les agradezco estar
con ustedes pero no olviden que ahora en la Misa Cristo Jesús viene
al Altar y me dice: “Come mi cuerpo”, y junto a Jesús que viene al
Altar, María que es muy bonita la imagen, está junto a cada uno
diciéndote: “ Hijo, te quiero mucho”, pero también te está diciendo,
“Quiéreme tú”; y de esta manera la familia de Manchay, alegre y
unida con su pastor a la cabeza, irá progresando materialmente y
espiritualmente. Que Dios los bendiga a todos y vamos a continuar la
Santa Misa.
Así sea.
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