"Misterios de Cristo, Misterios de la Madre"

+ Fernando Chávez Ruvalcaba, Obispo de Zacatecas

 

1.- INTRODUCCIÓN.

Las reuniones de los EVC y demás agentes de la Pastoral Diocesana con su Obispo, los últimos domingos de cada mes, ayudan a iluminar, fortalecer y aplicar la fe que profesamos. En esta línea de trabajo pastoral, hemos venido estudiando la Carta Apostólica de Su Santidad, Juan Pablo II: "Rosarium Virginis Mariae".

En las anteriores reuniones en lo que va de este año en curso, hemos estudiado y reflexionado la Introducción y el Capítulo Primero. 

Hoy proponemos de manera lo más sintética posible, las enseñanzas del Sumo Pontífice, que se exponen en el Capítulo II, cuyo título se expresa así: "Misterios de Cristo, Misterios de la Madre". De esto nos ocuparemos este día, último Domingo de Mayo, dedicado especialmente a honrar y venerar a nuestra Madre, la Virgen María. Unidos a ella contemplaremos la doctrina referente a los Misterios de Cristo que dan a entender y comprender su vida, como Misterios de la misma vida de María, Madre del Redentor y Madre espiritual nuestra.

2.- EL ROSARIO COMPENDIO DEL EVANGELIO.

El Capítulo II de la mencionada Carta Apostólica, comienza con la enseñanza de que el Rosario es "Compendio del Evangelio". El Papa en forma directa y sencilla nos hace ver que esta devoción mariana es una suma o síntesis del Evangelio que se refiere a la vida y obra del Salvador con María y desde el punto de ella a partir de su fe como respuesta a la vocación que Dios le dio para ser Madre de Cristo y Madre de la Iglesia en el mundo a salvar.

Ciertamente a la contemplación del rostro de Cristo sólo se llega escuchando, en el Espíritu la voz del Padre, pues "nadie conoce bien al Hijo sino el Padre" (Mt 11, 27). La profesión de fe acerca de la persona de Cristo que hace San Pedro es avalada por Cristo, cuando dice: "No te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos" ( Mt 16, 17 ). En el silencio del alma, en la oración sencilla y profunda es como se hace madurar y desarrollarse el conocimiento más auténtico, fiel y coherente, del misterio que se revela en y por Cristo.

Siguiendo la enseñanza de Pablo VI, el actual Papa hace suyas las siguientes palabras: "Oración evangélica centrada en el misterio de la Encarnación redentora, el Rosario, es, pues, oración de orientación profundamente cristológica (que se refiere a Cristo). El Rosario con la repetición de Ave Marías, constituye el tejido sobre el cual se desarrolla la contemplación de los misterios de la vida de Cristo, recordándonos sin cesar que Jesús es el Hijo de Dios y de la Virgen María.

3.- UNA INCORPORACIÓN OPORTUNA.

El Papa Juan Pablo II, en este apartado de su Carta, nos hace ver que sin modificar la estructura del Rosario como se ha rezado en la piedad de la Iglesia hasta ahora, intenta enriquecer esta devoción, añadiendo a los Misterios ya tradicionales de gozo, dolor y triunfo, los Misterios de Luz, que se refieren a la vida pública del Señor. ya que El es "La Luz del Mundo". Con estos nuevos Misterios de Luz el Pontífice hace resaltar el carácter cristológico del Rosario. Se trata de ayudar más a contemplar los pasajes de la vida pública de Cristo desde el Bautismo a la Pasión. Por estos misterios se desvelan aspectos importantes de la persona de Cristo como revelador definitivo de Dios. En efecto, "durante la vida pública es cuando el misterio de Cristo se manifiesta de manera especial como "misterio de luz": Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo" ( Jn 9, 5 ).

El Papa explica que al añadir estos "Misterios de Luz" al Rosario, se completa la contemplación de todo el misterio de Cristo. Así, los cristianos católicos nos introducimos "en la profundidad del Corazón de Cristo, abismo de gozo y de luz, de dolor y de gloria" (Cf. n. 19 de esta Carta). He aquí como de nuevo el Papa expresa que el Rosario es verdadero "compendio del Evangelio". Es la totalidad sintética del misterio cristiano, centro y objeto o núcleo que da el verdadero sentido a esta práctica piadosa y contemplativa.

4.- LOS MISTERIOS DEL ROSARIO.

En los nn. 20 - 23, el Papa explica en forma sencilla los Misterios de Gozo, de Luz, de Dolor y Gloria. Bastará leer y comentar algo de estos números en forma comunitaria y personal. No es posible sintetizar lo que ya el Papa expresa muy bien.

5.- DE LOS "MISTERIOS" AL "MISTERIO" : EL CAMINO DE MARIA.

Dice el papa que los Misterios del Rosario no agotan la realidad del misterio de Cristo, pero ofrecen lo esencial, preparando el ánimo para gustar un conocimiento de Cristo, que se alimenta continuamente del manantial puro del texto evangélico. Cada misterio del Rosario refleja el Misterio de Cristo dándonos rasgos de él. Por eso el Catecismo de la Iglesia Católica insiste en los misterios del Señor recordando que "todo en la vida de Jesús es signo de su Misterio". 

Por la contemplación del Rosario se llega a poseer la fe por la cual Cristo habita en los corazones de sus fieles para que "arraigados y cimentados en el amor…podáis conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total plenitud de Dios" (Ef 3, 17 - 19 ).

Así, Juan Pablo II, nos dice que el "duc in altum" de la Iglesia en el tercer milenio se basa en la capacidad de los cristianos de alcanzar " en toda su riqueza la plena inteligencia y perfecto conocimiento del Misterio de Dios, en el cual están ocultos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia" ( Col 2, 2 - 3 )..
Cito aquí las siguientes palabras del Papa: "El Rosario promueve este ideal, ofreciendo el "secreto" para abrirse más fácilmente a un conocimiento profundo y comprometido de Cristo. Podríamos llamarlo "el camino de María".; es el camino del ejemplo de la Virgen de Nazareth, mujer de fe, de silencio y de escucha". Con el Rosario descubrimos y vivimos el íntimo nexo o unión de Cristo con su Madre y de ésta con su divino Hijo. Por esto los misterios de Cristo son también, en cierto sentido, los misterios de la Madre, incluso cuando ella no está directamente implicada, como en el pasaje de las Bodas de Caná, ya que María vive de Jesús y por El.

Por último, con el rezo de las Aves María recordamos las palabras del ángel Gabriel y de Santa Isabel, de esta manera nos sentimos impulsados a buscar siempre de nuevo en María, entre sus brazos y en su corazón, el "fruto bendito de su vientre" (Cf. Lc 1, 42 ).

6.- MISTERIO DE CRISTO, "MISTERIO DEL HOMBRE".

En este número de la Carta Apostólica, el Papa repite una enseñanza expresada en 1978: "el simple rezo del Rosario marca el ritmo de la vida humana". Por la contemplación del Misterio de Cristo a través del Rosario, se profundiza en la consideración antropológica (humana) del Rosario. Efectivamente, al recorrer los misterios del Rosario, se descubre en ellos, " la verdad sobre el hombre".

El magisterio de Juan Pablo II sobre este tema, ya se expresaba en su primera Encíclica , Redemptor Hominis": "Realmente, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado". Con el Rosario se va por el camino de Cristo, el cual "recapitula" el camino del hombre. Así, en Cristo el hombre se contempla a sí mismo, con la mirada misma de Dios en Cristo. Todos y cada uno de los misterios del Rosario, transforman a cada hombre en Cristo.

También, al encontrarse el hombre con Cristo y María en el rezo del Rosario, se asumen los afanes, los problemas, las fatigas y proyectos que marcan la vida de los hombres: "Descarga en el Señor tu peso, y El te sustentará" ( Sal 55, 23 ).

Meditar con el Rosario significa poner nuestros afanes en los corazones misericordiosos de Cristo y de su Madre.

Termina el Papa este apartado recordando que su experiencia en la Cátedra de Pedro ha sido marcada por el rezo del Rosario y por eso hace la invitación para que los cristianos católicos vayamos por el sendero de esta experiencia testimonial. Concluye: "Verdaderamente el Rosario "marca el ritmo de la vida humana", para armonizarla con el ritmo de la vida divina, en gozosa comunicación con la Santísima Trinidad, destino y anhelo de nuestra existencia".

7.- NOTA FINAL.

En las próximas reuniones de cada mes, analizaremos el último Capítulo de esta bella Carta Apostólica de Juan Pablo II, sobre "El Rosario de la Virgen María".

Zacatecas, Zac., 25 de Mayo del 2003, Año del Rosario.

+ Fernando Chávez Ruvalcaba
Obispo de Zacatecas