María campeona de todas las olimpiadas en su Asunción

Padre Alberto Ramírez Mozqueda

 

FIESTA DE LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA.

Estos días estamos asistiendo a un espectáculo que a todos nos maravilla: las Olimpíadas, que por tres semanas reúnen a mas de 10,000 jóvenes de todo el mundo, que hacen gala de músculo, inteligencia, tenacidad, trabajo continuado y sobre todo una gran alegría. 

Pedimos a Dios que el fantasma del terrorismo, esa bestia de 7 cabezas, se mantenga alejado para que podamos gozarnos con ese espectáculo maravilloso de tantos jóvenes sanos juntos.

Es una maravilla del mundo esa pléyade de jóvenes que por años y años se han preparado para conseguir un trofeo que los hace enorgullecerse a ellos y a las naciones que representan.

Esto me hace sentir muy cerca de una mujer que no compitió en las canchas ni en los estadios, sino en la vida y con una lucha y una carrera que comenzó cuando le fue anunciado que de quererlo y permitirlo ella, podría llegar a ser la madre del enviado, del Salvador, de Cristo Jesús y no terminó sino con la vida misma de esa admirable mujer.

El libro del Apocalipsis la contempla después de su paso por este mundo como “La mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza”, como el trofeo por su entrega, su donación y su bondad. ¿Quién era esa mujer y porqué se le ha concedido como trofeo el subir en cuerpo y alma a los cielos?

Fue la madre del Redentor. En eso no le cabe mérito, pues simplemente fue elegida y designada para ello, desde luego con su voluntad. Pero desde el momento que aceptó, se convirtió en campeona de resistencia, pues parecería que todo se le volvió en contra, la carrera era cuesta arriba, y María supo subir hasta llegar a la meta.

Sólo de paso recordemos como tiene que pasar tragos amargos, pues aunque su divina maternidad le fue confiada sólo a ella, ella tuvo entonces que apechugar, y manifestarse ante sus padres, ante su marido y ante todos vecinos puritanos a cual más, ante los que no tenía explicación para su maternidad. Luego, la amargura de su esposo que quería irse lejos, para no pedir ni dar explicaciones sobre la maternidad de su esposa. Cuando las cosas se aclararon, vemos a María dando a luz a su hijo en un pesebre y no en su propia casa. Luego para escapar la vida de su Hijo, con su marido tiene que alejarse de todos sus conocidos para marcharse al lejano Egipto y esperar ahí el momento del regreso. Luego, después de años de agradable convivencia con Jesús, la despedida, la amarga despedida, la despedida del pueblecito y del hogar materno a donde no volvería nunca más. Y al final, como ya se lo habían anunciado proféticamente, tuvo el mas amargo trago de su vida, cuando tuvo que contemplar a al hijo de sus entrañas, colgar de un madero cruel, donde dejaría desgarrada su propia vida.

No fue fácil la carrera de María, más bien diríamos que fue una carrera de obstáculos, que venció por la fuerza del Espíritu Santo que la acompañaba. Era una mujer iluminada que supo vibrar con la palabra, con los ideales y con la misión de su Hijo. No nos dice mucho el Evangelio, pero con las cuántas líneas con la que la describen, nos damos cuenta que ella pudo decir con toda veracidad, que ella tenía “los mismos sentimientos” que tuvo Cristo y ella bien pudo decir también: “Ya no soy yo, es Cristo que vive en mí”.

Por eso hoy nos alegramos con su triunfo, con su Ascensión a los cielos, en cuerpo y alma, después de su paso por este mundo, y su triunfo, es también nuestro triunfo, pues al llegar la Madre a lo más alto de los cielos, todos los hijos, todos aquellos que fuimos confiados a su cuidado, ya de alguna forma vivimos allá con ella, del mismo modo que Cristo resucitado, nos hace vivir ya desde ahora con él en el cielo. 

Los que no participamos en un estadio ni en una olimpiada, pero vamos también en la carrera de la vida, nos alegramos con María, porque en ella vemos realizados nuestros deseos de una vida nueva, de una meta que todos queremos alcanzar y un motivo para seguir luchando, dando a la mujer un lugar especial cerca del hombre, ahora que soplan vientos huracanados, donde la mujer hace esfuerzos desesperados para desprenderse de “yugos culturales” que el hombre le ha ofrecido, un trono en los medios de comunicación, pero una condición de esclava en la vida real. Que también nosotros los que corremos en el estadio de la vida, sepamos reconocer que si competimos, y si llegamos a ganar, será sin duda alguna por el esfuerzo realizado, pero indudablemente por Aquél, que “ha hecho en nosotros cosas grandes, el que todo lo puede”.

Tu amigo el Padre Alberto Ramírez Mozqueda. YA FUNCIONA EL ORGANO MONUMENTAL DE LA PARROQUIA

Un deseo grandemente acariciado por la comunidad y por su servidor, era el funcionamiento del ORGANO MONUMENTAL que se encuentra en el Coro parroquial. Desde que llegué a la Parroquia, tenia ganas de que antes de cumplir con todas las funciones que el Sr. Obispo me encomendó, dejar en funciones el Órgano referido.

Pedí a una entidad oficial, que como condición para prestarles el Órgano de Mellado para conciertos en ese lugar, me consiguieran una cita y una visita del alemán Wieslovsky, de reconocida fama internacional para que viera las condiciones en que se encontraba. Efectivamente vino, estuvo tomando nota de los desperfectos y al preguntarle por el precio me indicó que a reserva de ver algunos detalles que no pueden notarse a simple vista, me indicó que serían cincuenta mil pesos. Amablemente le di las gracias, indicándole que cuando tupiéramos oportunidad de reunir la cantidad, sería llamado para entrar en funciones.

Pero su ayudante, el Sr. Candelaria Ortega, vecino de esta Ciudad, se ofreció a darle una buena limpiada, a poner a funcionar el motor, inactivo por muchos años, y la gran sorpresa fue que después de ciertos detalles que se fueron solucionando en el camino, el Órgano está nuevamente en funciones, para solaz y contento del Sr. Moisés Orta T, Organista Parroquial que enseguida comenzó a sacarle los primeros compases musicales.

El Órgano es neumático, movido por un motor que mete aire al fuelle gigantesco que hace funcionar toda la piterìa. Consta de 2 teclados manuales y un pedalier. Es de marca Walter, Opus 1411 del año 1007, por lo que pronto cumplirá 100 años.

En tiempo de la revolución, cuando los templos se quedaron sin culto y cerrados, un gobernante dispuso que el Órgano fuera trasladado al Teatro Principal, y años después cuando lo regresaron, vino dañado y mutilado, tanto de la piterìa como del mecanismo neumático.

En el año 1985 en tiempos del Sr. Cura José Barajas F., se intentó poner en servicio el Órgano, y de hecho funcionó durante un tiempo, pero dejó de funcionar debido a algunas fallas. Parece que desde entonces no había vuelto a echar a andar. Actualmente, el teclado fuerte tiene una capacidad del 80%, el teclado suave un 30 % y el pedal un 50 %.

Aún en esas condiciones, cuando Don Moisés se sienta al teclado, cierro los ojos y me imagino estar en alguna de las grandes catedrales de Europa, e imagino también el día en que tengamos suficiente dinero para que funcione en toda su capacidad.