Asunción de la Santísima Virgen María

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Impulsos Evangélicos Ciclo C

1. Un poeta, el padre David María Turoldo, define a la Virgen como << la divina taciturna>> y se dirige a ella con estas expresiones:<<Tú, catedral del gran silencio>>.

2. El Evangelio nos presenta a la Virgen de Nazaret como una criatura del silencio, que elige la sombra, la ocultación. La Virgen es la que <<no aparece>> en primer plano. Su presencia está bajo el signo de la discreción, que no estorba para nada.

3. La Madre desaparece totalmente en el Hijo. Es el Verbo quien tiene que hablar, no ella ( en Caná, en efecto, y es su testamento, dice:<<Haced lo que él os diga, o sea, no manda <<escuchadme>>, sino <<escuchadlo>>.)

4. Los rasgos de la figura de la Madre no son ni llamativos ni bien definidos. Sus contornos se esfuman en la ilimitada transparencia del silencio. El misterio ha encontrado su justa colocación en la pequeñez, en la profundidad, en la limpieza de una criatura que tiene predilección por la penumbra.

5. María debería ayudarnos a encontrar el silencio que se nos ha robado. Ante esta obra de arte de Dios, que es la Virgen, la posición justa se define por el estupor, por la contemplación, por el silencio.

6. El Papa Juan XXIII, nada sospechoso en cuestión de devociones, advertía:<< Con la Virgen es necesario ir muy despacio>>. O sea, evitar las violencias, las instrumentalizaciones, la retórica, los sentimentalismos.

7. La devoción a la Virgen es auténtica si nos hace frecuentar el terreno profundo de la interioridad, de la meditación, de la contemplación, del compromiso concreto, de la <<cotidianidad del misterio>>, de la fe que se alimenta de fe y no de apariciones o de milagros.

8. La devoción a la Virgen es verdadera si se opone a nuestra civilización ruidosa, si presenta un dique contra el diluvio de palabras que amenazan sumergirnos, si constituye un antídoto a la superficialidad, al <<espectáculo>>, a la publicidad bulliciosa.

9. Si queremos que el mundo ( también el eclesiástico) no se hunda estruendosamente en el vacío, debemos encontrar la fuerza para agarrarnos en el silencio de la Virgen.

10. La comunidad de creyentes no puede sino estar bajo el <<signo de María>>. Al celebrar hoy, en pleno mes de agosto la fiesta de su Asunción al cielo en cuerpo y alma, nos sentimos felices de que nuestra Madre , desde el cielo, ruegue por todos los que todavía luchamos aquí por hacer silencio para llenarnos de ella y de su Hijo.