Asunción de la Santísima Virgen María

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Impulsos Evangélicos Ciclo A

1. Nunca como en los tiempos presentes se ha cantado con más entusiasmo la liberación del hombre. Una s veces partiendo de la euforia por los avances de la tecnología que esperábamos iba a producir un hombre nuevo. Otras partiendo de los sistemas políticos que prometían una nueva sociedad. Pero la decepción es mayor en los humanos cuando se ven aprisionados por los sub- productos de la tecnología y víctimas ingenuas de las teorías políticas.

2. Las lecturas de la fiesta de la Asunción de María, subida en cuerpo y alma a los cielos, reflejan la forma de actuar de Dios, el único que puede liberar totalmente al hombre.

3. La mujer encinta fue siempre signo de esperanza. En el Génesis se anuncia que aplastará la cabeza de la serpiente. La mujer encinta y vestida de sol de la lectura, nos recuerda otros pasajes de los profetas que se refieren a la Madre del Mesías.

4. Muchos Padres de la Iglesia aplicaron esta lectura a la Virgen María: hoy comúnmente se interpreta de la Iglesia, sin olvidar que María es el gran símbolo de la Iglesia.

5. El Apocalipsis nació en un período de persecuciones violentas contra la Iglesia naciente,. Se trata de un escrito destinado a levantar y afianzar la moral de los cristianos.

6. L mujer vestida de sol se refiere directamente a la Iglesia en cuanto que alumbra a Cristo con la proclamación del Evangelio. La mujer es el Pueblo de Dios con las doce tribus simbolizadas en las doce estrellas.

7. Esta mujer, madre de los creyentes, es perseguida por sus hijos por el dragón o serpiente, que apareció como antagonista y perseguidor, que Dios destruirá al final de los tiempos.

8. En María, verdadero pobre de Dios, se han hecho realidad palpable las promesas de Dios: que ha sido fiel y cumplido sus promesas para liberar a los hombres.

9. El canto de María es el canto de los pobres de Dios. A través de la historia de la salvación se da una constante: Dios manifiesta su poder en los débiles, libera a los hombres valiéndose de lo que despreciamos: los hombres desposeídos de poder y ricos en confianza en Dios. 

10. La pobreza evangélica tal como vivieron María y de Cristo es, sin duda, una fuerza liberadora Sabemos que renunciar proporciona una gran independencia de espíritu ante los bines que nos pueden procurar bienestar y confort. En ella hay una fuerza más profunda. Su confianza y seguridad estaban puestas en el Señor que derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. La glorificación de María es el punto final de un proceso de liberación.