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Asunción de María
Alfredo Rubio de Castarlenas
I. Si siempre debemos tener esperanza en la
Intercesión de María -Medianera de todas las Gracias- ¡cuánto más clara
ha de ser esa misma esperanza cuando sabemos de su Asunción Gloriosa a
los Cielos, declarada solemnemente dogma de nuestra fe, por el Papa Pío
XII!
Cuerpo esplendoroso a imagen de Cristo Resucitado. Espíritu siempre
inmaculado que ha llegado ya a la fuente de toda Santidad.
II. Sí; sabiéndola para siempre junto a Dios Padre, nuestro Creador; a
la vera de su Hijo Triunfante que es el Verbo encarnado en sus entrañas,
nuestro Redentor; y siendo ella misma trono de la Sabiduría que es el
Espíritu Santo, como en Belén fue tronco de Jesús recién nacido; es
dadora del infinito amor de Dios. ¡Cómo no va a ser clarísima y
firmísima nuestra total esperanza en la omnipotencia suplicante de
nuestra Madre en los Cielos! Madre de toda la Iglesia, o sea de todo el
género humano pues estamos todos redimidos y llamados a ser hijos de
Dios.
¡Nuestra Señora de la Claraesperanza! En tu Fiesta de la Asunción,
¡dánosla en plenitud!
Fuente: claraesperanza.trimilenio.net
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