La Gracia de la Inmaculada

Padre
Manuel Lago González

 

Homilia.

“Contempladme hoy en el esplendor de mi Inmaculada Concepción. Dejaos envolver por mi luz de gracia, de santidad y de belleza virginal”. (Dixit).

Tal día como hoy Teresa de los Andes decide darse del todo al amor de Jesucristo.

“Hoy ocho de diciembre de 1915, de edad de quince años, hago voto delante de la Santísima Trinidad y en presencia de la Virgen María y de todos los santos del Cielo de no admitir otro esposo sino a mi Señor Jesucristo, a Quien amo de todo corazón y a Quien quiero servir hasta el último momento de mi vida. Hecho por la novena de la Inmaculada para ser renovado con el permiso de mi confesor”.

“Perdida en tanta soledad de calma/ de noche eterna el corazón cubierto,/ la gloria muda, desolada el alma,/ en este pavoroso desconcierto/ se eleva la Razón como la palma/ que crece triste y sola en el desierto”. (G. N. De Arce).

“Nace el Alba María/ y el sol tras ella/ desterrando la noche/ de nuestras penas”. (Lope de Vega).

No me resisto a dejar a los hombres nobles del más hermoso decir hablar en este portal. Que hablen como soñando pues de otro modo no es posible tal cosa representar. Se trata del mismo Dios, de sus amores que muestra, es preciso imaginar. Los filósofos, científicos, matemáticos también, teólogos, adustos y circunspectos, con metro, libro y compás, todos parecen adolecer de una pasmosa estenosis, no dejan pasar el sol por su estrechez mental. Las verdades tan inmensas en su cabecita pobre, no son capaces de entrar, non les caben en rigor.

Hablemos pues de flores, de rosas, de pastores, de estrellas, de luceros, de arreboles y demás. ¿Qué nos dice Juan Ramón? Al fin de lo que se trata es de la gracia de Dios que por amarnos no sabe, no sabe que hacernos más.

“Mira, Platero, qué rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas, blancas, sin color...Diríase que el Cielo se deshace en rosas. Mira cómo se me llenan de rosas la frente, los hombros, las manos...¿Qué haré yo con tantas rosas?”

“¿Sabes tú, quizás, de dónde es esta blanda flora, que yo no sé de dónde es, que enternece, cada día, el paisaje y lo deja dulcemente rosado, blanco y celeste –más rosas, más rosas-, como un cuadro de Fra Angélico, el que pintaba la gloria de rodillas?”.

“De las siete galerías del Paraíso se creyera que tiran rosas a la tierra. Cual en una nevada tibia y vagamente colorida, se quedan las rosas en la torre, en el tejado, en los árboles. Mira: todo lo fuerte se hace, con su adorno, delicado. Más rosas, más rosas, más rosas”.

“Parece, Platero, mientras suena el Ángelus, que esta vida nuestra pierde su fuerza cotidiana, y que otra fuerza de adentro, más altiva, más constante y más pura, hace que todo, como en surtidores de gracia, suba a las estrellas, que se encienden ya entre las rosas...Más rosas...Tus ojos, que tú no ves, Platero, y que alzas mansamente al Cielo, son dos bellas rosas”. (Platero y yo”, n. X.)

“Mi Corazón Inmaculado es el jardín celestial en el cual quiero reuniros a fin de ofreceros para gloria perfecta de la Santísima Trinidad en estos tiempos de apostasía”. (Dixit).

Y Quevedo nos dirá, algo nos ayudará.

“Infinitos siglos antes/ que criara al firmamento,/ ya Él a mí me había criado/ en mitad de aquel silencio”/. “Premió tanto mis servicios/ que en el santo monte excelso/ con Él quiere que descanse/ en el alcázar supremo”.

Son las maneras de Dios, el Pastor del universo, de galaxias y microbios y de muchas cosas más.

A.-Persona individual.

Analogía de la plenitud divina en María en tiempo e intensidad, y el proceso personal.

El comienzo del camino del alma consiste en la instalación en su corazón de un absoluto amor y servicio a Dios. Puede darse en todas las actividades humanas honestas, laicales, o clericales. Ambas santificables.

El comienzo se da en la instalación del alma en el Corazón de Dios. Ninguna criatura puede usurpar el trono divino universal y absoluto.

“Para venir a ganarlo todo,/ no quieras tener gusto en nada./ Para venir a poseerlo todo,/ no quieras poseer nada”. (San Juan de la Cruz: Subida,1, 13.11). ¿Por qué? Porque el todo es Dios en medio de este jardín. Dios no tiene competencia verdadera en cosa alguna. Por eso no es necesario fumigar, ni cortar, ni destruir este jardín terrenal. ¡Se puede hacer un altar¡

El fondo del alma humana tiene el peligro de cambiar las tornas, es un pecado ancestral. “Por afligirse –concluye Hildegard Wacch- por la pérdida de una cosa y pensar que se necesita incondicionalmente cuando de le quita, indica regularmente que ni era poseída ni gozada únicamente para honra de Dios”.

“He sido escogida por la Santísima Trinidad para ser la Madre del Verbo Quien se ha encarnado en mi seno virginal y así os he dado a mi Hijo Jesús”. (Dixit).

La gracia en el desarrollo de la vida cristiana.

El sacramento de la Confirmación.

“Confiere profundidad en la gracia bautismal, en la filiación divina, une a Cristo, comunica los dones del Espíritu Santo, une a la Iglesia, concede fuerza especial para defender la fe mediante la palabra y las obras, para confesar valientemente el nombre de Cristo y par no sentir jamás vergüenza de la Cruz”,n.1303.

“El efecto del sacramento es la efusión plena del Espíritu Santo como fue concedida en otro tiempo a los Apóstoles el día de Pentecostés”, n. 1301.

B.-Familia.

La gracia del matrimonio y la familia. La mentalidad es no pocas veces ególatra e infrahumana. Ninguno de nosotros está vacunado definitivamente contra la “desgracia”, falta de gracia, de coincidencia con la adorable personalidad divina. ¡Qué maravilla que la misma vida humana pueda ser eslabón de gloria¡ ¡Lutero, el padre de los protestantes, confesaba la corrupción de nuestra naturaleza y el pecado como una ineludible necesidad!

“Por una parte está la persona como la que se comparte la vida como una esperanza; por otra la idea de que es esclavizante e imposible comprometerse para siempre. Esto significa en definitiva la dificultad de creer en el amor. En una sociedad en la que el ideal de vida es la independencia, las relaciones conyugales y familiares serían una pesada carga que quita libertad, causa de sufrimiento e infelicidad”. (La familia, santuario de la vida y esperanza de la Humanidad).

“Abrid vuestros corazones a la esperanza, vivid en la paz del corazón y en oración, vivid en la fe y en el gozo, vivid en la gracia y en la pureza, vivid en el amor y en la santidad”. (Dixit P. Gobby).

C.-La vida social y el Estado.

“Es casi el único país de América Latina –se cita a una nación concreta- donde la pobreza disminuyó en vez de aumentar desde los comienzos de los años....Tales son los hechos, apoyados por cifras. Naturalmente ellos resultan convincentes para quienes los examinan con objetividad y no para el perfecto idiota que aferrado a sus supersticiones ideológicas les opone toda suerte de reparos. Nos dirá, en X...subsisten desigualdades, hay ricos muy ricos y pobres muy pobres, y todavía la pobreza afecta a un 26% de la población. Y esto es cierto. Sólo que la dinámica misma de la economía X...ha logrado disminuir en sólo cinco años el porcentaje de pobres de un 44% a este 26% y todo indica que seguirá disminuyéndolo. Y en todo caso la pobreza X no es atribuible al modelo X. Es una herencia del otro, el estatista y reglamentista que tanto gusta al perfecto idiota”. (J. C. Montaner, P. A. Mendoza...). ¡En estas cosas –si es que son así- se mueven los hijos de Dios y no pueden hacerse beatíficos ascos, que para ellos –,como en el ejército-, hasta el tambor es tropa¡ ¡Hay graves asuntos morales disfrazados de política autárquica¡ ¡Hay graves pecados morales disfrazados de desdén hacia la cosa pública, que es la de todos¡

“Soy toda hermosa: Tota pulcra. Dejaos envolver en mi manto de belleza para que también vosotros seáis iluminados con mi candor de Cielo, con mi Luz Inmaculada”. (P. Gobby).

D.-María.

Y volvemos a contemplar a María, nuestra, de esta tierra, de la misma que acabo de mostrar. Los misterios de la divina misericordia tan altos y tan cercanos.

El magisterio catequético, organizador de los sueños que sobre el mundo Dios tuvo, en el “Año de Dios Padre” echó mano de palabras precisas y razonables.

“En la tradición católica María es la inmaculada, la criatura preservada de toda mancha de pecado por pura misericordia de Dios. A este propósito M. D. Philippe afirmaba: ”la misericordia la envuelve desde el punto de partida total y completamente; toda su vida no cesa de recibir en plenitud la misericordia de Dios. Esta misericordia está destinada a introducirla en el amor, pero es un amor que tiene un matiz especial, puesto que cuando el amor de Dios es comunicado a una criatura, toma necesariamente la forma de un amor de misericordia. Si comprendemos cómo María es la mejor obra de arte de esta misericordia, tendremos de alguna forma la llave para penetrar en todas las misericordias del Padre y para vivirlas”. ¿Qué gusto, Platero, encuentras en pensar que el adjetivo manchado se pueda usar cuando llega el caso que ni por asomo quisiera nombrar? Hermano, Platero, ¿por qué tan mezquino te vuelve tu Biblia que tizna tu sucia conciencia?

“Al final soy vista como la Mujer vestida de Sol que tiene la misión de combatir contra el Dragón Rojo y su poderoso ejército para vencerlo, ligarlo y arrojarlo a su reino de muerte, para que en el mundo pueda reinar solamente Cristo”. (P. Gobby).
“Desde la galería esbelta se veía/ el jardín. Y María virgen, tímida, plena/ de gracia, igual que una azucena,/ se doblaba al anuncio celestial”. (Juan Ramón Jiménez).

Es un misterio de Dios que se adentró en María para mostrarnos su amor, de tal modo y tal manera que si Dios en ella está, si en sus manos nos ponemos, también estamos con Dios. ¡Qué feo es un protestante¡ ¡No quiere ver a Dios mismo dando Vida por las manos de la que Él mismo inunda de inmensa misericordia! El protestantismo niega la humana elevación. Es como el mahometano: en el Cielo a donde va, no está Dios sino mujeres bellas de sensualidad. Naturalismo raquítico, tintado de idolatría, un deísmo nada más.

Pues Dios nos vino a curar. Y cuando cura eleva y sana, y cuando diviniza da la suma felicidad.

“Y al estampar sobre la herida abierta/ el hierro de su cólera encendido,/ tembló la conclusión que siempre alerta,/ incansable y voraz, labra su nido,/ como gusano ruin en carne muerta,/ en todo estado exánime y podrido”. (G. N. De Arce). Yo soy, Señor, la muerte, lóbrega tumba encubierta; Tú donde vengas y cuando, me haces brillante estrella. (Entiendo que los topos –si pudiesen- no sabrían de otra cosa que de sus oscuras toberas; son cosas de su conciencia).

Dios nos viene a sorprender. ¿Quién es quien para impedir lo que Él pretende hacer?

“La elección de María por parte del Padre se fundamenta en la extrema gratuidad de su amor paterno que la hace “llena de gracia”. (Comité para el Jubileo del Año 2000, Año del Padre).

¿Y el Mesías ni puede siquiera hacer santa y pura a su santa Madre? ¿Y Quien nos salva, endiosa y eleva, a santa María no puede hacer llena de dones de gracia para los humanos? ¿Dios no puede salvar en María lo mismo que hace en el cuerpo de Cristo su Hijo? Claro, claro siempre, que Dios es quien salva. Pero para salvarnos, y darnos su gracia, no marcha, se queda más cerca, en su propia casa. Al no creer en María llena de gracia divina, no se puede creer en la propia y auténtica salvación, que no es otra cosa que endiosamiento. ¿Qué dices, Platero?

“Yo estuve bajo la Cruz junto con Juan en el momento de la Crucifixión, de la agonía y de la muerte de mi Hijo Jesús. Con ellos he participado de su resurrección; junto a ellos recogidos en oración he asistido al momento glorioso de Pentecostés”. (P. Gobby).

“Un vivo pajarillo volaba en una rosa./ El alba era primorosa. Y, cual la luna matinal,/ se perdía en el sol nuevo y sencillo,/ el ala de Gabriel, blanco y triunfal./ Memoria de cristal”. (Juan R. Jiménez).

La conversación de Dios con el alma.

¿Quieres recibir a Dios?, ¿Quieres dar-Le el corazón? ¿Y qué nos dice María? Dice lo que Dios le dio: un corazón para amar la misma dicho y bondad.

“El Fiat y el Magníficat son la respuesta de María a la misericordia del Padre. En el Magníficat, María canta “porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo; y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación; auxilia a Israel su siervo acordándose de la misericordia”,Lc.1. (Id). ¡Y que otra cosa no hará en el alma que haga igual¡

“Las doce estrellas significan una nueva realidad. El Apocalipsis me ve como un gran signo en el cielo: La Mujer vestida del Sol que combate al Dragón y a su poderoso ejército del mal. Entonces las estrellas en torno a mi cabeza indican a aquellos que se consagran a mi Corazón Inmaculado que forman parte de mi ejército victorioso, se dejan guiar por mí para combatir esta batalla y para obtener al final nuestra mayor victoria”.

“Arranque de dolor, de ese profundo/ dolor que se concentra en el misterio/ y huye amargado del rumor del mundo,/ fue su sangrienta sátira, cauterio/ que aplicó sollozando al patrio imperio,/ mísero, gangrenado y moribundo”. (G. N. De Arce).

Vengamos a lo más prosaico del tráfago de lo humano. ¡Qué bien que seamos malos para mostrar lo que puede Dios para hacernos salvos!

El soldado “Bocanegra” que se había ausentado de la compañía para irse tras otra compañía, debería pagar con la vida tal deserción, pero don Francisco Pizarro le dio permiso para que con ella quedara.

“Pero en esta ocasión –narra el cronista- con gran asombro de todos, Pizarro lo perdonó y consintió que se volviera con la mujer por la que había perdido el seso y cuando el soldado Alonso Molina le pidió cuenta de por qué al Bocanegra le había consentido tanto y a él tan poco; le contestó que al ser él Alonso de Molina, uno de los trece estaba en deuda con él y no podía consentir que se perdiera tanta gloria como les esperaba, mientras que el Bocanegra había demostrado tan poco fundamento que mejor le iría entre los naturales y que aunque mal marinero no dejaba de ser cristiano y algo podrían aprender de él los indios”. Pues cuando años después los misioneros llegaron a evangelizar Ecuador se encontraron con que Bocanegra había extendido la devoción a María Santísima. ¡La vida misma tintada por los humores humanos!

“Para ser Señora/ del cielo levanta/ esta niña santa/ su luz como Aurora:/ él canta, ella llora/ divinas perlas”. (Lope de Vega)

“Adornome de virtudes,/ ricos tesoros del Cielo,/ y en mí se estarán estables/ de este siglo al venidero”. (Quevedo).


LITURGIA

Acto penitencial.

María tal cual la vio Bernardette en Lourdes.

“Una joven no más alta que yo, con un vestido blanco que le llegaba hasta los pies, de los cuales sólo se veían los dedos y sobre ellos una rosa amarilla. El vestido era cerrado hasta el cuello, sujeto por un fiador de cordón blanco que le colgaba. Llevaba una faja azul que le caía llegando un poco más debajo de las rodillas. Un velo blanco que le cubría la cabeza dejando al descubierto algo de pelo descendía por los hombros y los brazos hasta el suelo. De su brazo derecho colgaba un rosario grande, de cuentas blancas gruesas muy separadas y cadena dorada”.

Ofertorio: unión con Jesucristo víctima de amor.

“sirvo-Le con grande amor,/ di-Le el corazón sincero/ en la santa habitación/ del limpio y santo Cordero”./ “Premió tanto mis servicios/ que en el santo monte excelso/ con Él quiere que descanse/ en el alcázar supremo”. (Quevedo).

Comunión.

Antes.

“*Y por vuestra concepción/ que fue de tan gran pureza,/ conserva en mí la limpieza/ del alma y del corazón,/ para que de esta manera/ suba con vos a gozar/ del que sólo puede dar/ vida y gloria verdadera”. (Sacra).

Después.

“Yo os pido por el amor de María inmaculada, Madre de ese Hijo tan despreciado y por el amor de ese Corazón tan mal correspondido, que os hagáis las Marías de esos Sagrarios abandonados”. (Don Manuel González, obispo de Málaga en la infausta república española).

Despedida.

Que los fieles “comulgados” –dice el pueblo con razón-, no tengan prisa en marchar, pues nunca jamás se dijo, “Dios rehuye la amistad”.

Dulce Madre.

“Dulce Madre no me dejes,/ tu vista de mí no apartes,/ ven conmigo a todas partes,/ y sólo nunca me dejes;/ ya que me proteges tanto/ como verdadera Madre,/ haz que me bendiga el Padre,/ el Hijo y el Espíritu Santo”.

Fuente: autorescatolicos.org