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María, superior
Philippe Perlay
Se Vamos a evitar en lo posible la palabra
"privilegio", porque conlleva un excesivo peligro de hacer pensar que
Maria recibe una serie de ventajas para sí, para su gloria. María sería,
entonces, la única persona considerada por Dios en sí misma,
independientemente de cualquier misión en favor de los hombres.
No. María tiene una tarea, una misión que cumplir, una vocación que
realizar, y recibe de Dios cuanto necesita para ello y para, de ese
modo, participar desde el lugar que le corresponde en la gran obra de la
salvación. Veamos, a título de ejemplo,
lo que la Iglesia ha dicho de María en nuestros días:
Si María es llena de gracia e inmaculada desde su concepción, no es sólo
ni ante todo porque su Hijo haya querido librarla de antemano de la
condición humana. Su concepción imnaculada guarda íntima relación IZan
nuestro nacimiento bautismal. Ella es toda pura, la que es habitada por
Cristo, algo
así como se hace santo el que se deja habitar por Cristo. Por supuesto
que no es más que una analogía, y que María nos supera con creces, pero
la obra de Dios va siempre en el mismo sentido. Por supuesto que María
es más perfecta que nosotros
en la victoria sobre todo egoísmo y en la gloria anticipada de la Cruz,
pero el dinamismo es el mismo. Jesús es el único Salvador de todos,
incluida su Madre.
(María, Madre de los hombres, Sal Terrae, 1987)
Fuente: Antologia Mariana, Edibesa
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