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Maria Inmaculada Aurora de la Nueva Humanidad
Padre René Cesa Cantón
CMaría es el icono viviente del proyecto de amor y
de salvación que Dios tiene el deseo y la esperanza de realizar. En ella
Dios encuentra siempre una respuesta generosa y fiel. En la Fiesta de la
Inmaculada Concepción contemplamos al mismo tiempo la obra maravillosa
de Dios en María y su personal santidad, su dócil y plena adhesión a la
voluntad de Dios. G. Bernanos dice de María. “Es la nueva Eva en la
nueva creación. Más joven que el pecado, más joven de la raza de la cual
nació”.
La gracia concedida a María pasa a través de Jesús, aún no concebido en
su seno, pero ya “concebido” en el designio divino de salvación. Por eso
la Iglesia, al inicio del año litúrgico, celebra las obras con las
cuales Dios preparó la futura Madre del Redentor. Dios, en efecto,
“envuelve”, “arropa” a María con su Gracia y, desde el primer momento de
su concepción, la preserva de toda mancha de pecado y la llena de los
dones del Espíritu Santo y, a continuación, la rodea incesantemente de
su amor haciendo en ella “cosas grandes” en orden a la salvación de los
hombres.
María sale de las manos de Dios creatura intacta como era el designio
original del Creador. Sella el inicio de un regreso a la pureza antigua,
como un “renovar” la creación, un “volver a comenzar desde el
principio”. María aurora de la nueva humanidad es salvada por la acción
gratuita de Dios. Es la auténtica fotografía del “hombre y de la mujer
según el plan de Dios. Ella es todo lo previsto, imaginado y soñado por
Dios para nuestras vidas.
María confía y obedece al Señor. Ella es la mujer del “sí a la voluntad
de Dios” durante toda la vida. Está delante de nosotros como nuestra
esperanza. Lo que ella ya es, nosotros, por gracia y penitencia,
esperamos llegar a serlo. Es el modelo que debemos contemplar para darle
sentido justo a nuestra vida. Con Jesús al pie de la Cruz participó para
nuestro rescate y, allí mismo, Jesús nos la regala como Madre, para que
de su mano seamos guiados al ocaso que nos espera: los brazos paternales
de Dios.
La Concepción Inmaculada de María es el tributo más grande concedido por
la cristiandad a la parte que corresponde a las mujeres en la obra de la
redención. María es como cada mujer quisiera ser cuando se mira en el
espejo de la vida. María es el ideal del amor, imagen, icono de lo que,
con la gracia de Dios es posible. Ella es la imagen del amor con el que
Dios amaba antes de crear el mundo. Ella es la Virgen Inmaculada, Madre
de Dios.
Fuente:
diocesisdetehuacan.org.mx
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