María estaba en la mente de Jesús

Padre Tomás Rodríguez Carbajo


La presencia del recuerdo de la Madre es habitual en el Hijo, sobre todo, cuando la experiencia materna ha sido profunda.

. Jesús verdadero Dios y verdadero Hombre participó del recuerdo grato de su Madre en su vida.

. Durante los años de la infancia la sombra materna no abandona cada uno de los pasos del niño.

. En la adolescencia las recomendaciones suelen ser frecuentes, pues, siempre quiere que su hijo vaya por el camino del bien.

. Cuando uno llega a la juventud e intenta independizarse, no conseguirá abandonar todas las recomendaciones y ejemplos recibidos.

. ?Lo que de pequeño se aprende tarde se olvida?, aunque las lecciones las saquemos, cuando seamos mayores.

. ?Quién no descubre un trasfondo de enseñanzas maternas en Jesús, cuando exponía algunas parábolas?. Tenemos el ejemplo de la levadura (Mt. 13, 33), la del traje nuevo y vestido viejo (Lc. 5, 36), la dracma perdida (Lc. 15, 8-9).

. Cuando la Madre ha servido de modelo, pocos hijos serán los que no saquen alguna o muchas lecciones para sus vidas, y con relativa frecuencia sacarán a colación a la Madre. Cuando Jesús oyó la alabanza , que una fervorosa mujer anónima profirió al escuchar sus enseñanzas, a El le vino a la mente el recuerdo de su Madre, a quien correspondía perfectamente aquella alabanza: ??Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!?. Pero Él dijo: ??Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican!? María era una fiel oidora de la Palabra y una fiel practicante.

. No todo lo encontramos escrito en el Evangelio nos dice San Juan 21, 25, por eso en sana lógica podemos pensar que cuantas veces Jesús anunciaba su muerte, le vendrían a la mente los sufrimientos que la pasión iban a proporcionar a su Madre, pero el amor a hacer la voluntad del Padre estaba por encima de todo. El amor no quita sufrimientos, da fuerza para superarlos. Cuando se quedó unos días en Jerusalén a la edad de los 12 años claramente lo manifiesta: ??No sabíais que tenía que ocuparme de las cosas de mi Padre?? (Lc. 2, 50).

. La distancia física entre las personas, que se quieren, no disminuye el amor que se profesan, aunque se viva de manera distinta, sobre todo en las expresiones. La mayoría de los años de su vida terrena Jesús los pasó junto a su Madre, y en los que estuvo separado físicamente de Ella, no sólo no la olvidó (a veces se hacía presente como una oyente más: ?Tu Madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo?), sino que la enseñanza que impartía y el amor profundo, que le profesaba, se la hacían presente en su mente.