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Anunciación y Encarnación
San Juan de Avila
Cuando la sagrada Virgen oye las grandes mercedes que de
parte de Dios le promete el ángel, asegurada de Dios que lo
que le promete hará de su parte, hinca las rodillas, sus ojos y
el corazón en el cielo puestos, dice
humildemente y con reverencia:
Ecce ancilla Domini, fiat mibi secundum
verbum tuum
He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra. En
aquel momento entró el Verbo divino en sus entrañas y quedó
hecha la mayor obra que se hizo ni hará para siempre jamás.
¿Pues por qué se llama esclava y se abaja? Asi lo quiere
Dios, y es razón que la que tal Hijo había de tener y tanto se
abajó, que la ensalcen y la confiesen por Señora, y la honren
los hombres y los ángeles, y por talla tengan y reverencien en
los cielos y en la tierra, a la que tan bien supo abajarse y recibir
la embajada de parte de Dios.
Grandisimo gozo recibió hoy la Virgen con esta embajada:
y pues agora cada vez que se la mentamos se alegra, y para que
la sepamos saludar y contar estos misterios, pídárnosle que nos
alcance la gracia, y para que lo haga,
digámosle con devoción Ave Maria
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