La Anunciación, visita inesperada

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

Debió sentirse María, una joven de 16 años, desconcertada ante la visita del ángel que le anunciaba que iba a ser madre. Ella, en contra de la corriente común de su pueblo, había hecho voto de virginidad.
Cuando menos lo esperaba el ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios.. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús... Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues yo no conozco varón?. El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel" (Lucas 1.28-38).
San León Magno explica este misterio con estas acertadas palabras: << La expresión Virgen- Madre es criterio de verdad de la misma realidad humana y divina de Cristo: verdadero hombre en cuanto nacido de una verdadera mujer, y verdadero Dios en cuanto nacido - sobrenaturalmente - de una virgen>>. 
Si lo piensas bien y detenidamente, te darás cuenta que es uno de los diálogos más bellos del Evangelio. Dios, en su amor por la persona, se digna hablar con la mujer más santa y prodigiosa de la toda la historia.
Esta chica, en su inocencia, dice un "sí" a Dios con el que le acoge aunque no le entienda. Ella se convierte en la morada en la que Dios hecho hombre va a habitar. María le da su carne.
En el seno de María (en la anunciación) comienza el Nuevo Testamento o la Nueva Alianza de Dios con la humanidad.
La encarnación es el momento clave de la historia y el futuro salvador para el hombre. Con ella Dios se hace cercano, muestra su ternura y su misericordia.
En esta fiesta intenta acoger al Señor. Cada día tienes anunciaciones del Señor que te impulsan a que lo concibas en tu vida para hacerte mejor, para que irradies de ti mismo la luz que llevas en tu interior. Ves que la vida cristiana no tiene nada de pasividad. Es estar siempre "pariendo" a Dios en tu vida personal y en la vida de quienes te rodean.