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días con la Redemptoris Mater
Padre
José Cristo Rey García Paredes cmf
Día 7: La fe oscura de María
Maria,
que... se ha encontrado en el centro mismo de los mescrutables
caminos y de los insondables designios de Dios, se conforma a
ellos en la penumbra de la fe, aceptando plenamente y con corazón
abierto todo lo que está dispuesto en el designio divino (RM,
14).
El fiat de la anunciación es un momento culminante de la fe de
Maria ciertamente. Pero es, sobre todo, un excelente punto de
partida, donde se inicia todo el camino de María hacia Dios (RM,
14). El camino de la fe de María conlíeva momentos de heroismo,
exige a veces una obediencia heroica a la palabra. «Esta
"obediencia de la fe" por parte de María a lo largo de
todo su camino tendrá analogías sorprendentes con la fe de
Abraham. Como el patriarca del pueblo de Dios, así también María,
a través del camino de sufiat filial y maternal, "esperando
contra toda esperanza, creyó"... Creer quiere decir
abandonarse en la verdad misma de la palabra del Dios viviente,
sabiendo y reconociendo humildemente "¡cuán insondables son
sus designios e inescrutables sus caminos!"» (Rm 11, 33).
La fe de María no es visión; no es la respuesta a una revelación
que no deja ningún resquicio a la duda, a la vacilación, a la
tentación, a la oscuridad, al misterio. La experiencia de la fe
de María tuvo mucho de penumbra, de heroismo, de confianza
absoluta a pesar de todas las apariencias. Como Abraham, también
María «salió sin saber adónde iba» confiando absolutamente en
la palabra y en el Dios que proveerá. La revelación en manera
alguna invalida la fe. María no recibió una revelación que
hiciera inútil su fe; al contrario, se vió agraciada con una
revelación que le exigía la obediencia de su fe.
ORACIÓN:
Padre
providente, que a veces nos conduces por caminos inescrutables y
permites que la oscuridad, el sinsentido, el sufrimiento se alojen
en nuestra vida; concédenos una indefectible confianza en tu
bondad y haz que, a ejemplo de María, nada ni nadie haga vacilar
nuestra fe total en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fuente:
ciudadredonda.org
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