Madre de la Merced

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La Virgen de la Merced es la Patrona universal de los internos en las prisiones. Así lo considera la Iglesia y así se celebra en todas las prisiones de nuestra nación.

¿Cómo fue el origen de esta advocación mariana?
En el siglo XIII de la era cristiana (por los años 1200), miles de personas vivían en cautividad, consideradas como esclavas al servicio de sus dueños. Estas personas eran arrancadas de sus hogares con motivo de guerras o incursiones en países cristianos. Era poco lo que se podía hacer por ellas, y prácticamente había muy pocas posibilidades de volverlas a ver. Por otra parte las condiciones de vida de los cautivos eran mucho peores de lo que podemos imaginar. No tenían derecho alguno y estaban a la plena voluntad de sus dueños.

El mundo cristiano sufría con esta situación, y sufrían sobre todos los pobres. Sin embargo lo poco que pudiera hacerse tampoco se hacía, por falta de voluntad, por falta de medios o por falta de organización. 

En la noche del 1 al 2 de agosto de 1218, en la ciudad de Barcelona (España), San Pedro Nolasco suplicaba al cielo la libertad para tantos pobres cautivos con peligro de perder su fe. Entonces tuvo una visión. Era la Virgen María que le ordenaba fundar una Orden Religiosa con el nombre de "La Merced" para la redención de los cautivos.

Así fue el nacimiento de la devoción a Nuestra Señora de la Merced o de las Mercedes, como advocación que se dirige a María en cuanto es portadora de la libertad y nos libera de las ataduras del cuerpo y del espíritu. "Merced" quiere decir misericordia para con los privados de libertad.

San Pedro Nolasco fundó la Orden de la Merced el 10 de agosto de 1218 en la Catedral de Barcelona, con la presencia del Obispo y el Rey, los cuales confiaron en los Mercedarios y les dieron facilidades y les ayudaron a llevar adelante la tarea.

Aquellos Santos religiosos pusieron manos a la obra. Todo indica que eran valientes, pues se lanzaron a ir a tierras de moros, donde no tenían derecho alguno y donde estaban expuestos a cualquier tipo de peligros. Indica que eran buenos comerciantes pues discutían con los dueños los precios del esclavo, procurando pagar lo menos posible a fin de redimir a más personas.

Pero sobre todo vemos con claridad que eran Santos: se comprometían, con juramento, a quedarse en el lugar del esclavo, como lo hizo Jesucristo con la humanidad, si ello fuera necesario para la redención del cautivo, si corría peligro su fe cristiana. De este modo innumerables Mercedarios se quedaron de rehenes y esperaron la muerte, con la alegría de haber podido restituir la libertad a otros cristianos en peligro de perder su fe.

Los religiosos Mercedarios pusieron siempre a la Virgen como protectora y guía en la tarea de redención de los cautivos. De este modo los cautivos liberados se veían obligados a acudir al santuario de la Virgen de la Merced para darle gracias por la libertad que les había conseguido. La devoción a la Virgen de la Merced se extendió por todo el mundo, pues pocas cosas hay que tanto deseamos como la libertad.