Su corazón

Padre Patricio García Barriuso CMF

 

-Todas las cosas tienen su perspectiva. María también.
Corazón de María no es tanto un órgano
de la Señora, cuanto una perspectiva. Para ver
bien las cosas necesitamos adoptar un punto
de vista apropiado. No se ven bien las cosas ni
demasiado cerca ni demasiado lejos. Es preciso
saber mirar. Cuánta gente viaja por el mundo sin
ver nada.
Sólo se ven bien las cosas con el corazón, anotaba el Principito. Sólo se ven bien las cosas con el corazón limpio, añadimos nosotros.
Los santos entendieron bien la realidad. Vieron
a María como la mujer todo Corazón. No podía ser
de otra manera, ya que Dios mirado profundamente por el evangelista san Juan no es otra cosa que Amor.
Es decir, también Dios es todo Corazón.
María. Pues, la mujer todo Corazón. Todas las
otras advocaciones de la Virgen como Señora de
los Desamparados, Consoladora de los afligidos,
Refugio de los pecadores, Madre de todos los
hombres... son riadas de ese inmenso océano que
es su Corazón. Que posee dos modulaciones significativas:
una modulación contemplativa, pues María es la mujer prendida siempre de la voluntad del Padre como su único amor; y una modulación combativa: María es la que aplasta la cabeza de
la serpiente y abraza a todos los pecadores. En su
corazón cabemos todos los humanos. Bien podemos parafrasear con el poeta: «Méteme, madre buena en tu pecho, misterioso hogar/ allí dormiré, pues vengo rendido/ del duro bregar».
Que la Virgen Madre nos guarde en su Corazón.
Allí mora esplendorosamente la luz. Hasta
el día que en su luz podamos ver definitivamente
la Luz.