Natividad de la Virgen María 

Padre Juan José Palomino del Alamo

 

 

El evangelio de hoy intenta exponer con toda claridad que la maternidad de María no se debe 
a José, sino que es obra del Espíritu. Pero José es el padre adoptivo de Jesús y se nos muestra 
como un hombre justo, fiel a Dios y en el que prima la Ley del amor sobre cualquier otra. Por ello 
decide repudiar a María en secreto y no en público. Como padre legal, le corresponde imponer el 
nombre al Niño, que va a nacer. Enmanuel, nombre que expresa y anuncia su destino. Nace para salvar a su pueblo del pecado. Enmanuel significa:"Dios con nosotros". Y María se convierte en el vehículo privilegiado de fidelidad a Dios.

Nos indica con fuerza la liturgia de hoy a la estrecha relación entre el nacimiento de Jesús y el de María. Impresionante el ROL, que desempeña María, por:
- su SÍ al proyecto de Dios;
- su AMOR y sus cuidados;
- su FE en el Dios liberador, que puso su mirada en ella;
- su ESPERANZA, que encarna las esperanzas de su pueblo.
Se destaca en María la acción divina (desde abajo) y proclama la fe en un Dios, que no tarda en cumplir sus promesas, pues El está siempre suscitando hombres y mujeres, que hacen posible 
el actuar de Dios. Rezamos en Laudes: 

"Y tú te regocijas, oh Dios,y tú prolongas en sus pequeñas manos / tus manos poderossas".

Así, María. con su nacimiento, concatenó toda una serie de hechos significativos, que dieron paso a una fe y a una esperanza, que se cruzan en el tiempo y en el espacio.

El Nuevo Testamento no nos dice nada del nacimiento de María. Ni siquiera la fecha, ni el nombre de sus padres (aunque una antigua tradición los llame Joaquín y Ana). Pero SÍ nos habla el Evangelio

del nacimiento de la palabra hecha carne en ella. Y este nacimiento eclipsa al otro. María nació 
en un día determinado (no nos importa demasiado la fecha) y tuvo padres (aunque no sepamos quiénes fueron). Por eso, celebramos hoy su nacimiento. ¿Por qué no? En realidad, lo que estamos celebrando es la fidelidad de Dios con un ser humano (una mujer) llamada MARIA. Que el recuerdo de María, como Madre de Jesús, Hijo de Dios y miembro de una familia, fortalezca en nosotros los vínculos de la unidad familiar.

En las vísperas de esta fiesta rezamos a María:
"Pues de aquí a catorce años, / que en buena hora cumpláis, / verán el bien que nos dais, remedio de tantos años. / Canten y digan por vos / que desde hoy tienen Señora, y ensáyense desde ahora, / para cuando venga Dios.

Y nosotros, que esperamos, / que llegue pronto Belén, / ´prepararemos también el corazón y las manos. / Vete sembrando, Señora, / de paz nuestro corazón, y ensayemos desde ahora, / para cuando venga Dios.

Fuente: avmradio.org