El dolor nace del amor

Fr. Manuel Rivero, o.p

 

En el calvario una espada atravesó el alma de María (Lucas 2, 35). Su dolor nacía de su amor. María comulgó al sufrimiento atroz de su hijo. El 15 de setiembre, al otro dia de la exaltación de la Santa Cruz, la liturgia hace memoria de Nuestra Señora de los dolores. La Mujer del Apocalipsis (12,2) que gime encinta en los dolores del parto simboliza para san Lorenzo de Brindisi[1], doctor de la Iglesia[2], la Virgen Maria que sufre del sufrimiento de su hijo atacado por el diablo (el dragón rojo, Apocalipsis 12, 3). Es durante la pasión de Jesús que María conoce los dolores del parto y no el dia de la natividad a Belén. “Vosotros que pasáis por el camino, mirad y decidme si hay dolor comparable al que me atormenta” (Lamentaciones 1, 2). “Llamadme Mará, pues el Señor me ha llenado de amargura” (Ruth 1, 20). En el arte, la “Pietá” trata de expresar la tristeza y el duelo de la madre de Jesús, la Madre de Dios. María ha padecido también los dolores del parto de la Iglesia. En el Calvario, María participa, por su fe y su amor, al nacimiento de los miembros del cuerpo de Cristo. Madre de la Cabeza de la Iglesia, Jesucristo, ella lo es también de los miembros de ese Cuerpo. Por esto, Maria es llamada el “cuello” que liga la Cabeza y el Cuerpo[3]. En el Evangelio según san Juan, los símbolos de la muerte de Jesús son también símbolos de nacimiento : el agua y la sangre que manan del costado atravesado de Jesús anuncian los sacramentos del Bautismo –nuevo nacimiento- y de la Eucaristía ; el último suspiro de Jesús figura el don del Espíritu Santo ; como Eva fue sacada del costado de Adán, la Iglesia –la Mujer nueva- es sacada del costado del Nuevo Adán, Jesucristo, el Hombre nuevo.
“He aquí a tu madre” (Juan 19, 27), dijo Jesús desde lo alto de la cruz a Juan, el apóstol amado que simboliza la Iglesia. El amor de María abarca Jesús y la Iglesia, su dolor infinito releva de su unión al fruto de su vientre y a los discípulos de Jesús. Dios se ha hecho hombre gracias a la humanidad de María : es por esto que el dolor de María releva también de su amor universal por cada hombre, pues cada uno comparte la humanidad de su hijo Jesús. Precisamente por ello María es llamada “Madre de misericordia”, de una misericordia universal. Ella intercede ante su hijo resucitado para que todos los hombres pasen de la muerte a la vida nueva del Espíritu.
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[1] San Lorenzo de Brindisi (Doctor apostólico), Marial, María de Nazaret, “Virgen de la plenitud”, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2004, p. 65. 
[2] San Lorenzo de Brindisi (1550-1619), capuchino, predicador, biblista, General de su orden, fue proclamado “Doctor apostólico” por el papa Juan XXIII. 
[3] San Lorenzo de Brindisi (Doctor apostólico), Marial, María de Nazaret, “Virgen de la plenitud”, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2004, p. 645. 

Fr. Manuel Rivero,
Director de la Revista del Rosario 

Fuente: rosaire.org