Nuestra Señora de las Peñas, Livilcar, Arica

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• Historia:
Hay por lo menos dos leyendas referente al origen el culto de la Virgen de las Peñas en Livilcar. La primera dice que hace mucho tiempo en un pequeño pueblo de Carangas (provincia boliviana del Altiplano colindante al Depto. de Arica) se celebraba la fiesta de la Virgen del Rosario. Una vez, el alférez que estaba a cargo de la fiesta – quien era pobre- causó el desprecio de un hombre que era rico y orgulloso. Al final de la fiesta ese hombre agarró el estandarte para un año siguiente. Para humillar al alférez dijo, que él iba a hacer la fiesta como debía hacerse. 

Al año siguiente, arregló la Iglesia con muchas flores y velas, tanto como nunca se había visto, y se puso junto a otros a tomar bastante. Pero la iglesia se incendió, y la imagen de la Virgen desapareció. Unos pastores que llegaban atrasados a la fiesta, encontraron en el camino del pueblo a una señora desconocida. Le preguntaron si no iba a la fiesta, y ella respondió: "Voy a otro lugar, donde me adoran más". Y de pronto se convirtió en una paloma blanca que voló al oeste.

Justo en ese tiempo había un gobernador malo en Humagata (pueblo ahora abandonado, a poca distancia del Santuario de Las Peñas, situado en la misma quebrada). Un día se enfermó su esposa. El gobernador mandó a llamar un curandero para mejorarla, pero la señora murió. El Gobernador acusó al curandero de ser brujo y lo condenó a morir quemado en una hoguera. Y más todavía, lo mandó a buscar, él mismo, la leña para la hoguera. El curandero que era hombre bueno, lloró mucho y fue a buscar leña.

Así llegó llorando frente a las rocas de Livilcar y vio llegar una paloma blanca, que se posó a descansar contra la peña. Era la paloma que vino de Carangas. Llamó la atención del curandero, porque era muy bonita. Quería tomarla y llevarla al gobernador para pedirle compasión, pero justo en ese momento desapareció, y en la roca quedó grabada una Virgen. El curandero se asustó mucho y corrió haber al gobernador y le contó lo que le había pasado.

El gobernador no quiso creerle, pero después dijo: 'Si mientes, te voy a quemar vivo allá mismo". Fueron, y el Gobernador comprobó que era así. Reconoció que el curandero no era brujo y lo perdonó. Fueron a avisar al cura de Humagata, y éste lo comprobó también y avisó a los Padres Franciscanos de Codpa. Los Padres fueron y quisieron sacar la Virgen con cinceles de la roca, con piedra y todo; querían llevársela al templo, porque era muy bonita, pero no pudieron porque la roca era muy dura. 

Esa noche el cura sufrió gran dolor de cabeza y escuchó una voz que dijo: "Sufres mucho. Yo también sufro con los golpes que me dan". Cuando despertó el cura, ordenó se parara el trabajo y que la gente fueras a adorar la Virgen allá mismo, en Las Peñas, porque reconoció que era milagrosa.

Si bien el origen del santuario se pierde en la nebulosa del tiempo, se supone que este tradicional lugar de devoción popular tendría casi doscientos años. Algunas versiones señalan que en 1700 ya había santuario, lo cierto es que desde 1840 ya existen referencias oficiales. La iglesia data de 1910.

• Espiritualidad:
La imagen de nuestra señora de las Peñas se encuentra tallada en la roca. Representa a una adolescente de formas hermosas y expresivas. Su altura es de mas de medio metro y, como esta en sobrerrelieve, se le puede vestir sin dificultad. 

Se afirma que la imagen cada año crece un centímetro y que inicialmente fue del tamaño de una paloma. Para confirmar esta aseveración se dice que existen los ropajes con que se le vestía, algunos son del siglo pasado y estos no medirían mas de 20 centímetros.

• Fiesta:
Primer domingo de octubre.

El camino para llegar al santuario se circunscribe solamente a la carretera que se interna por el valle de Azapa que a través de dunas y yermos, luego por el fértil valle poblado de olivos, plátanos, limones, etc. hasta el sector de Chamarcusiño en donde se encuentra paradero vehicular.

Desde allí los peregrinos deben iniciar el camino a pie o a lomo de mula caminando por una huella plena de guijarros y arenas los peregrinos deben cruzar unas 12 veces el río para cubrir aproximadamente unos 20 km. Y varias horas que dura esta jornada en la cual es posible que el camino este borrado por las aguas que lo han destrozado durante el año. Mas allá se bordea un angosto sendero del río con mas de un metro que lo limita a la roca fría y desnuda y con un abismos que concluye en el lecho del río.

Antes del santuario se halla la aldea de Humagata allí se encuentra un templo colonial en ruinas. En una esquina de la antigua sacristía, los romeros e detienen ante una imagen ecuestre del apóstol Santiago.

Cuando concluye la travesía, los miles de caminantes venidos desde Bolivia, Perú y otros países de latino América y sur de Chile se aglomeran en dos estrechas callejuelas de un poco mas de una cuadra de extensión que conducen al templo.

Las ceremonias de rigor que las compañías de baile deben cumplir en el santuario, empiezan en el día de la Víspera, a las cinco de la mañana, con la "Llegada". Las compañías han llegado con anterioridad y, en forma privada, sus integrantes cargados con sus bultos y cubiertos con el polvo de la larga caminata, ya han entrado en el templo para saludar a la Patrona. Pero el ritual colectivo exige una llegada oficial de la Compañía en que el Caporal hace su entrada en el pueblo y luego en el templo, para presentar allí a la Virgen, el primer homenaje de la peregrinación.

• Datos Básicos:
Dirección: En la quebrada de Livilcar, San Marcos 260, casilla 147
Rector: Padre Patricio Gámez Álvarez
Pertenencia: Diócesis de Arica