Madre doliente

Autor:

 

De pie la madre doliente
mira a su hijo tan cruelmente
en la cruz clavado.
Quien es el que no llorar
si a María contemplara
o al Señor amado.
Junto a Juan escucha ahora
las palabras redentoras:
he aquí a tu hijo,
yo te entrego aquí a mi madre
es la voluntad del Padre,
llévala contigo.

Me parece como un sueño
ver a mi niño pequeño
junto al buey nacido.
Hoy tan sólo los errores
de este varón de dolores
que al mundo he traído.
¿Dónde está Caná y su vino?
qué misterioso destino
fruto de mi seno.
Hoy es servidor sufriente
un deshecho de la gente
de amarguras lleno.

Esta sangre que se asienta
sobre la tierra sedienta
es la sangre mía,
ante el mundo y a su lado
vuelvo al sí como lo he dado
en el primer día.

Carne mía débil carne
es preciso que hoy encarnes
el dolor humano
y tu corazón abierto
traiga vida al mundo muerto
y al hombre tu hermano.