María

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Era como la mañana, y con ella amanecía,
ese sol que al mirarla, en sus brazos se dormía.
Ella, ella es, ella es María, 
ella, ella es, ella es María.
Luego al sufrir la muerte de ese hijo al que amaba,
le dio en su silencio al mundo 
la verdad de sus palabras.
Dame tu fuerza, María, para que pueda encontrar
el camino que en tu vida Dios nos quiso señalar.