Presencia de Dios 

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El sol se esconde tras el horizonte
la luna tímida aparece
y con ella las estrellas 
iluminan el firmamento
¿De quién aprendieron 
a alumbrar así?
¿De quién aprendieron a alumbrar?

Eres tú María, 
las enciendes con la mirada
y les enseñaste a brillar, bienaventurada
enseñanos a brillar 
con la luz de tu amor
enseñanos a ser luz como sos vos.


Ni el dolor, ni la incertidumbre
opacaron la luz de tu mirada
porque era Dios 
quien reconfortaba tu alma
María, la que todo lo aceptaba
María, la que todo lo aceptó.

Eres tú María, que sin miedo 
un sí regalaste 
y de Dios que te hizo suya 
te enamoraste
como el mar refleja el cielo, 
tus ojos reflejan hoy
la mirada tierna de su 
inmenso amor.


Si nisiquiera Jesús se resiste
¿Cómo es posible no amarte?
solo queremos consagrarte 
nuestras vidas
amarte como así lo quiso Dios,
seguirte, que nos lleves al Señor.

Eres tú María y Jesús 
te llevó en sus brazos
pero antes te regaló 
a sus hijos amados
la alegría de sentir
que sos presencia de Dios
que podemos refugiarnos,
que queremos refugiarnos,
que nos quedaremos en tu corazón.