Madre de la inefable ternura

 

Alicia Beatriz Angélica Araujo

 

 

Madre de la inefable ternura, 
en tus delicados brazos quiero reposar,
el dolor que hay en mis miembros
que no me deja descansar.

Tu rostro Santa Madre, 
tan lleno de bondad,
es bálsamo que se derrama
dando alivio y consuelo
y prepara mi cuerpo 
para el continuo orar

Sin cansancios, ni tristezas,
afanada por llegar
Con cada suspiro 
y en cada mirada rogar,
que intercedas por los hombres, 
que no aprendemos a amar.

Al Amor de los amores,
al Señor de la paz,
a la Misericordia divina,
no dejes de clamar.

Para que nos unamos todos,
en verdadera hermandad.
a nuestro Padre del Cielo,
al amado ¡ABBA! ¡ABBA!