Quince de agosto, Virgen de la Peña

 

Antonio Linage

 

 

El trigo en el granero 
y en la bodega el vino, 
sin envasar la miel 
porque no va a dejar 
de manar de la peña 
aunque hoy suba a los cielos 
Ella. 
Por eso está en el Orden 
la cosecha 
en esta Fiesta de la Consumación, 
cuando de paradojas
no sabe la imposible orfandad
de los peregrinos de esta senda.

“Sois en el cielo adorada,
Astro divino en la tierra,
Atended a nuestra, voces
Virgen Santa de la Peña.”

Entre las vísperas y la misa 
del recuerdo 
la esperanza, 
recuerdo 
entre la misa v la salve vespertina 
de la esperanza, 
al arrullo de la letanía 
constante.
Hecho el sol de colores 
al pasar tu vidriera 
como la luz del Verbo 
al recibir la luz 
de Ti 
para nosotros 
otra.

“Por un especial favor
Cerca de aquí apareciste
Y a este pueblo recibiste 
Bajo de tu protección
Fue dada por un pastor
Noticia tan halagüeña.
Atended a nuestras voces
Virgen Santa de la Peña.”

Y ya sé que del uno 
al otro mar te loan 
y que los cuatro 
vientos 
te soplan. 
De Etiopía el rito 
¡qué aroma! 
¿Y no están encuadernados en cedro 
los breviarios maronitas del Líbano? 
¿Y qué colores tiene 
el incienso de Armenia. 
Pero aquí 
tu santuario 
me es una traducción 
de todo.