Te vas, pero desciendes...

 

P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.

 

 

Te vas, Te vas, Te vas, junco sin nudo,
Te vas, columna y sideral palmera,
Te vas, chorro de luz y clara hoguera,
y queda el hombre de piedad desnudo.

"No parto, no, que solamente mudo
de casa", dices. "Desde la otra esfera
mi tierno corazón a esta ribera
con atadura maternal anudo".

Madre, es verdad. Te vas, pero desciendes
desde tu cielo a nuestra tierra oscura
por vereda de amor y de consuelo.

Y de tus hijos en la frente enciendes
del gozo y de la paz la lumbre pura
que anticipa, en la tierra, nuestro cielo.