Jamás infecta, Tú...

 

P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.

 

 

Jamás infecta, Tú, blanca espadaña
que la impoluta altura, a sorbos, bebe.
Gracia, eximio favor sobre Ti llueve
Dios, al pecado siempre ajena, extraña.

Así te ha contemplado, tierna, España
-Predilecta de Dios, Esclava breve,
limpia de sol y cinta de la nieve-
y en el mar de tu amor, dulce, se baña.

Oh, águila real, de cristal pluma,
pirámide de tersa y ardua cima,
Virgen, venablo hacia la nube pura.

Desciende, Niña, virginal de espuma,
baja a mi oscuro abismo, hasta mi sima
de culpa, oh Tú, ¡la Pura!, a mi negrura...