La visitación   

Camilo Valverde Mudarra

 

María entonces se puso en camino,
fue de prisa a Judá, a ver a Isabel;
entró en la casa y al saludo ofrecer,
en el vientre, saltó su chavalino. 

Inspirada su prima intervino:
¡Bendita eres entre toda mujer,
y bendito el fruto que va a nacer!
¡Bendita la madre de Dios Divino! 

Llena de gracia, luz del salvador.
¡Dichosa la que acogió sin reserva 
la palabra de parte del Señor!” 

“Yahvé me engrandece y mi fe preserva; 
mi espíritu se regocija en Dios,
que contempló la humildad de su sierva”