Madre de la humildad

 

Diego Quiñones Estévez

 

 

Camino de la Cruz, con amargura,
en tus pasos macilentos arrastrabas el juicio
de la soberbia del poder oscuro
que había crucificado el cuerpo de tu Hijo,
en el abismo del dolor y de la muerte.         5

Junto a la Cruz, alzaste tu mirada de humildad,
y las lágrimas caídas en tus manos, con duelo,
limpiaron la sangre de Cristo-Redentor,
que, con la angustia del sufrimiento,
caía en la tierra profética del Gólgota.        10

Madre de la humildad fuiste para siempre:
En el instante aquel de oscuridad sangrienta,
tu alma se llenó de fortaleza
cuando el Espíritu de Dios abrazó a tu Hijo
en las más altas cumbres de la vida.           15