El niño perdido y hallado en el templo

 

Emma-Margarita R.A. -Valdés

 

 

Doce años cumple el Niño de Belén,

ya es "hijo del precepto", y sumiso

va a observar el antiguo compromiso

de ir al templo, sito en Jerusalén.

Sois su familia el único sostén

de su novicia edad, y así es preciso

que estéis pendientes de Él, pues un aviso

tenéis de la misión del Sumo Bien.

Salís de Nazaret en caravana

para conmemorar el sacrificio,

el rito de la Pascua de Yahvé.

El recuerdo de la feliz mañana

que eximió al pueblo hebreo del suplicio

al señalar sus puertas con la fe.

*****

Pasados cinco días del festejo

volvéis a Nazaret, vuestro destino.

Después de una jornada de camino

no halláis al Niño-Dios en el cortejo.

Tu esposo, el fiel José, gime perplejo.

Tú, apenada, presientes el espino

revelado en la Biblia, brutal sino

del que hace un hombre nuevo al hombre viejo.

Son tres días de búsqueda infructuosa,

interrogando a amigos y parientes,

presos de incertidumbre y de dolor.

Tú, María, angustiada, temblorosa,

alzas al Padre súplicas fervientes

por la vida del joven Salvador.

*****    

Te sorprendes al verle en compañía  

de unos sabios doctores asombrados  

escuchando a un chiquillo, embelesados  

ante su excepcional sabiduría.

 

Le dices a Jesús que te dolía  

no haber sido su padre y tú informados,  

tres días le buscasteis, desolados,  

pensando si algún mal le sucedía.

 

Él responde extrañado, ¿os inquietabais  

conociendo el mandato, el ocuparme  

en cosas de mi Padre, en la misión?.  

 

No entendisteis, mas ambos lo esperabais.  

Vuelves con tu hijo a casa y ni un adarme  

olvidaba tu absorto corazón.