La Resurrección del Señor 

 

Emma-Margarita R.A. -Valdés

 

 

Sus fieles seguidores, sus hermanos,

volvieron al cenáculo afligidos,

asustados, temiendo ser cogidos

y recibir la muerte por villanos.

Van a ungir el cadáver con sus manos

las mujeres, ahogando sus plañidos,

no están todos los ritos conseguidos

y piensan que los riesgos no son vanos.

Al llegar al sepulcro se asombraron  

por encontrar la piedra removida  

y a un ángel que les dice: No está aquí.  

 

Alteradas, corriendo, se alejaron  

con el alma exaltada, conmovida,  

a ver entre los vivos al Rabbí.

 

*****

Jesucristo se muestra a las mujeres,

les anuncia su marcha a Galilea,

que lo digan sin miedo a la asamblea,

allí se informarán de sus poderes.

Todos dudan, pues son los pareceres

femeninos, y su dolor sortea,

con locas fantasías, la marea

de impaciencias, deseos y quereres.

Juan y Pedro deciden comprobarlo.

Allí estaban los lienzos recogidos

y el sepulcro vacío, abandonado.

Los soldados dispuestos a velarlo

huyeron del lugar, despavoridos,

¡el Mesías había resucitado!.

*****  

Los once a Galilea se encaminan

al cerro que Jesús les ha indicado,

cuando le ven venir, resucitado,

ante su gloria espléndida se inclinan.

Cuarenta días junto a Él se hacinan,

les promete que siempre irá a su lado,

que no teman, poder le ha sido dado,

sus palabras la inmensidad dominan.

Su  mandato es que vayan por el mundo  

bautizando en la Santa Trinidad  

y salvando a las almas en su nombre.  

 

Enviará al Espíritu fecundo  

que con sus siete dones da la paz  

y diviniza el ámbito del hombre.